_
_
_
_

La secretaria de Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano, se arrojó desde un cuarto piso

Juan Arias

La secretaria personal de Roberto Calvi, Cristina Corrocher, de 55 años, que había dedicado treinta al Banco Ambrosiano, ha encontrado una trágica muerte. En una carta que el vicepresidente de la entidad leyó ante las cámaras de televisión, Cristina se desahogaba y justificaba su suicidio con estas palabras, refiriéndose al huido Calvi: "Que sea mil veces maldito, por el mal que ha hecho a todos nosotros y al banco. Ha huído. ¡Qué vergüenza!". Y es que el mayor banco privado de Italia, el Ambrosiano, también llamado el banco de los curas, por sus relaciones con el Vaticano, después de 85 años de historia gloriosa, se ha, desplomado como un gigante con los pies de barro.

Tras la fuga al exterior de su presidente, Roberto Calvi, el banco ha pasado a las manos de un comisario extraordinaria del Banco Central de Italia, Vincenzo Desario, que era el jefe del equipo de inspectores. El comisario fue pedido por el mismo consejo de administración, después de haberse convencido de que la desaparición de Calvi no era debida a un secuestro, sino a una cobarde fuga, y después de haber comprobado que había dejado al banco en una situación desastrosa, con un déficit de 200.000 millones de pesetas.Desde ayer, el ministro del Tesoro ha suspendido las cotizaciones en bolsa del Banco Ambrosiano, que en los últimos días, después de la desaparición de su presidente, habían caido en picado. La noticia de la tormenta que ha caído sobre el Banco Ambrosiano ha hecho temblar al mundo de las finanzas de Milán. Baste pensar que se trataba del imperio bancario privado más importante del país. Movía dos billones de pesetas de pequeños clientes privados y una buena parte de la bolsa en Italia.

A este banco se le llamaba en Milán el banco de los curas, porque recogía el dinero de gran parte de los católicos y de las instituciones religiosas. y porque un accionario importante, aunque al parecer anónimo, era el Ior, es decir, el Banco del Vaticano, cuyo presidente es el arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, conocido como el gorila del Papa porque es el guardaespaldas durante los viajes, y como el banquero de Dios.

La protección perdida

¿Como se ha llegado a esta situación? Como se recordará, fue con Roberto Calvi con quien saltó la liebre del escándalo de la logia masónica Propaganda 2 (P-2), de Licio Gelli. Indagando sobre Calvi, los carabineros encontraron en el chalé de Arezzo de Gelli su famosa lista de personajes italianos implicados en su logia secreta.Hacía tiempo que el Banco Central de Italia indagaba sobre los trapicheos de Calvi, que se hacía fuerte afirmando que contaba con el apoyo del Vaticano. El 31 de mayo, el Banco de Italia envió una carta muy dura a Calvi, imponiéndole que la leyera el consejo de administración y en la que se afirma que existe en su banco una deuda con el exterior de 1.400 millones de dólares. El 4 de junio, Calvi lee la carta en público. Sus consejeros se alarman y lo ponen en minoría. Desde ese día hasta el 11 de junio, día de su desaparición, Calvi corre frenéticamente desde Milán a Roma. Se ve perdido; busca la protección de monseñor Marcinkus en el Vaticano, pero éste estaba en Buenos Aires, preparando el viaje del Papa, y no lo ve. Más tarde dirá que no puede hacer nada.

Por otra parte, el director general del grupo Rizzoli-Corriere de la Sera, Bruno Tassan Din, fue detenido ayer en Roma cuando Regó de Suiza, acusado de haber inflado arbitrariamente la cotización de unas acciones para obtener beneficios ilícitos en una operación de compra-venta, una acusación similar a la que pesa sobre Roberto Calvi.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_