Piden tres años de prisión para un matrimonio por imprudencia temeraria

Tres años de prisión menor y cinco millones de pesetas de indemnización pide el ministerio fiscal a los padres de los cinco niños que fallecieron asfixiados al incendiarse su casa, el 10 de noviembre de 1980, en Caravaca de la Cruz (Murcia).El juicio contra Miguel González Clemente y María Fernández García, de 28 y 27 años, respectivamente, quedó visto para sentencia el pasado miércoles, en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Murcia.

Ambos son acusados de imprudencia temeraria, "al abandonar en el hogar a sus cinco hijos, encerrados con llave y con una vela encendida en el interior", momento en el que se produjo el incendio que causó la muerte de todos ellos. Los niños tenían edades comprendidas entre los cinco años y los tres meses de edad.

Para el abogado defensor, Romualdo Faura, los hechos son constitutivos de un delito de imprudencia simple, por lo que solicitó para sus patrocinados, en sus conclusiones finales, una multa individual de quince mil pesetas. Según el defensor, las condiciones sociales de la familia fueron determinantes a la hora de producirse el siniestro y posterior muerte de los cinco niños.

La salida de los padres fuera del domicilio está, según él, justificada; en concreto, se ha demostrado que la madre había salido, a la hora de producirse el incendio, siete de la tarde, a comprar víveres a una tienda cercana. La existencia de una vela encendida se explica por la falta de fluido eléctrico en la vivienda; el defensor maneja la hipótesis de que alguno de los niños manipuló, jugando, la vela que, finalmente, prendió la cortina que separaba las dos únicas habitaciones de la casa. El matrimonio se encuentra en libertad provisional desde entonces. En un primer momento, fueron detenidos y quedaron a disposición judicial, para salir a la calle a los pocos días. Actualmente, viven solos en el pueblo murciano de Cehegín, donde realizan trabajos eventuales.