Un cuñado de Calvo Sotelo resultó herido de bala en el asalto al Congreso del 23-F
Luís Erice Lepine, cuñado del presidente Calvo Sotelo, resultó herido leve en la tarde del 23-F al ser alcanzado por los restos de una de las balas disparadas en ráfaga por los guardias civiles que asaltaron el Congreso. El hecho, del que se tuvo ayer noticia a través de un teletipo de la agencia Europa Press, fue confirmado por el propio Luis Erice, que declaró: "La herida que sufrí fue superficial y ni se me pasó por la cabeza presentar una denuncia por algo que creí que no merecía la pena y por lo que no he sido llamado a declarar".
Sorprendido por la noticia, Luis Erice, ingeniero industrial en el Centro Español de Información del Cobre, "sólo simpatizante, que no militante de UCD", quería ayer quitar importancia a la peripecia personal que vivió aquel 23-17 junto con varios miembros de la familia. El había. acudido al Congreso para asistir a la sesión en que se iba a votar la investidura de su cuñado. Ocupaba la primera fila de la tribuna de invitados, situada junto a la de la Prensa. A su lado se sentaron su mujer, Rosa María Calvo Sotelo, y Emilia Ibáñez Martín, esposa del centrista Miguel Doménech y hermana de la mujer del Presidente del Gobierno."`Cuando, nada más entrar los guardias civiles en el hemiciclo, escuché el primer tiro y oí el grito 'todo el mundo al suelo' reaccioné cumpliendo lo que ordenaban los asaltantes", relató ayer. "No recuerdo bien, pero creo que fue tras oírse una de las ráfagas continuadas cuando noté un impacto en el muslo derecho. Me imaginé enseguida que una bala rebotada me había alcanzado. No vi sangre pero si sentía un fuerte dolor en el muslo. Yo mismo recogí varios trozos de metralla, restos de la bala al destrozarse- me imagino que contra el techo- tres de los cuales, al menos, me agujerearon el pantalón por la pernera. A mi lado estaba el crítico musical de ABC, Fernández Cid, que sé que también resultó herido de forma superficial en la espalda por el rebote de una bala".
Los acompañantes de Luis Erice comunicaron a los guardias civiles que les vigilaban que éste estaba herido, por lo que se les permitió salir fuera del hemiciclo. "El muslo", recuerda Luis, "me dolía mucho y, andaba ostensiblemente cojo. Me atendió el médico del Congreso, que sólo tenía algunas vendas y esparadrapo, ya que no le dejaban entrar en el botiquín. La herida era muy superficial y nada aparatosa y me había producido una hinchazón como un huevo. La metralla no se me alojó en el muslo. El médico me hizo un vendaje y a las dos horas se me quitó el dolor. Aunque cojeando, salí por mi propio pie del Congreso. Eran las nueve y media de la noche y lo que más me preocupaba era que hubiera triunfado el golpe". Considera Luis Erice que carece de fundamento la noticia según la cual habría tardado en recuperarse de la herida un plazo superior a treinta días. "La verdad", precisó, es que la recuperación fue total en ocho o diez días y también debo decir que al día siguiente del 23+ yo fui a trabajar".
Como queriendo quitar importancia al hecho, Luis Erice afirmaba ayer que "ni se le pasó por la cabeza" presentar una denuncia contra los asaltantes del Congreso por la herida sufrida. "La verdad es que no sé porque no, lo hice. No hubo razones especiales. Simplemente consideré que no valía la pena. De que había resultado ligeramente herido tenían noticia el médico que me atendió y la doctora a la que luego condecoraron. También hablé de ello con Víctor Carascal, secretario de la mesa, y me dijo que iba a constar en acta. Le pregunté si tenía que declarar, y aunque no recuerdo muy bien, me parece que me dijo que no hacía falta".
"Yo no ganaba nada con aquello. Pensé que el golpe había triunfado y toda mi preocupación se centraba en Leopoldo y en el resto de los diputados que estaban secuestrados. Luego ni me han llamado para prestar declaración ni me ha citado nadie para interrogatorio alguno".
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