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Marcelino Camacho planteó su dimisión en la reunión del comité ejecutivo del PCE

El secretario general de Comisiones Obreras (CC OO), Marcelino Camacho, llegó a plantear ayer su dimisión como miembro del comité ejecutivo del Partido Comunista ante el rechazo que suscitaron en una mayoría del comité sus peticiones de una total independencia del sindicato CC OO respecto al PCE.

Este planteamiento de Camacho, cuyos intentos de dimisión son ya conocidos de ocasiones anteriores, refleja la dureza de las posiciones mostradas en el encuentro del comité ejecutivo comunista que viene celebrándose desde el pasado lunes. De acuerdo con fuentes solventes, las tesis de Camacho coincidieron, en líneas generales, con las del vicesecretario general del partido, Nicolás Sartorius, generalmente considerado el "número dos" del PCE. Sartorius criticó en la reunión del comité ejecutivo el análisis presentado por Carrillo respecto de las razones del fracaso electoral en Andalucía y se quejó de la resistencia interna que se detecta en el partido a la realización de cambios en profundidad. El vicesecretario general del PCE se refirió también a la creciente "Pérdida de credibilidad y falta de atractivo" del partido en la sociedad española. En medios de la dirección comunista se cree que, ante la dureza mostrada por una mayoría del comité ejecutivo contra los plateamientos de Sartorius, a éste le resultará "bastante difícil" la permanencia en una e las vicesecretarías del PCE, tras la decisiva reunión del comité central que tendrá lugar mañana y pasado mañana.

De acuerdo con las mismas fuentes las posturas de Camacho y Sartorius fueron apoyadas, en el seno del comité ejecutivo, por el diputado Jordi Solé Tura y por el secretario general del Partido Comunista de Galicia, Angel Guerreiro. Contra estas tesis se pronunciaron de modo particularmente duro el secretario del PCE de Asturias, Gerardo Iglesias, Julian Ariza y Adolfo Piñero, entre otros, mientras Santiago Carrillo hacía llamadas a la concordia. El secretario general del PCE argumentó que sería una irresponsabilidad reabrir en estos momentos una crisis dentro del partido, cuando se está casi en vísperas de unas elecciones generales y la democracia española permanece en situación inestable.

Todas las versiones llegadas a EL PAIS señalan, no obstante, que en la inusitadamente prolongada reunión de la ejecutiva comunista se vivieron momentos de indudable tensión, que podrían ser preludio de la que se prevé decisiva reunión del comité central.

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