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Suárez, año y medio preparando un regreso

Recluído en su despacho de abogados en la calle Antonio Maura, el duque de Suárez se ha convertido en la pieza más codiciada de todos los periodistas políticos. Atrincherado en un hermético silencio público desde su abandono de la Presidencia del Gobierno el 29 de enero de 1.981, Adolfo Suárez se dedicaba, aparentemente, a ganar dinero.

Pero no se trataba sólo de eso: lenta, cuidadosamente, Suárez preparaba su regreso, ayudado por su equipo de incondicionales: el antiguo vicesecretario general del Movimiento Eduardo Navarro, el diplomático Alberto Aza, el periodista Josep Meliá, el bancario Jose Luis Calvo, el diplomático Jose Luis Graullera y el "cuñadísimo" Aurelio Delgado. Toda la "fontanería", como se la denominó en su tiempo, completada, en el frente político, por el presidente y el secretario general de UCD, su concuñado Agustín Rodríguez Sahagún y Rafael Calvo Ortega, respectivamente.

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Hasta que, en noviembre, Rodríguez Sahagún y Calvo Ortega fueron forzados a dimitir. Un golpe que, afirman medios suaristas, el ex presidente no ha perdonado a su sucesor, Leopoldo Calvo Sotelo. Desde entonces, las divergencias entre suaristas y leopoldistas no han hecho sino agravarse.

Los observadores cuentan los apoyos que unos y otros tienen en el Comité Ejecutivo y en el Consejo Político.

El retorno de Suárez podría llegar a materializarse, ocupando la presidencia del partido, tal y como piden sus fieles, o situando en ese lugar a uno de sus incondicionales.

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