Se cumplieron los pronósticos y la semana terminó con subidas
La trayectoria de la pasada semana bursátil confirmó los pronósticos de los especialistas y terminó cerrando con unas reuniones discretamente alcistas, en las que la oferta se replegó, dando lugar a que se generasen unas pequeñas subidas como consecuencia del apoyo incondicional al que los bancos sometían a las cotizaciones de sus propias acciones.Pero si a nivel de balance general se cumplían las previsiones de los iniciados en los mercados de valores, la evolución del día a día en las bolsas españolas resultó bastante menos tranquilizadora, e incluso hizo pensar que las previsiones estaban erradas.
La reunión del martes, la primera tras las elecciones al Parlamento andaluz, fue recibida con claros síntomas de nerviosismo y una importante presencia de órdenes vendedoras, que aparecían especialmente canalizadas hacia los valores del grupo bancario. La sombra de los vendedores extranjeros planeó durante toda la reunión sobre las salas de contratación, e incluso se llegó a apuntar el nombre de alguna entidad suiza como generosa suministradora de los títulos ofertados.
Ante este panorama, los responsables de las principales carteras institucionales desdoblaron su actividad en dos frentes. Por una parte, pretendían que los valores sometidos a su tutela no se viesen excesivamente afectados por la avalancha vendedora y, por otra, se apresuraban a intentar desembarazarse de algunas partidas, sumándose con ello al creciente flujo vendedor.
En aquella reunión se negociaron algo más de mil millones de pesetas en acciones bancarias, en el mercado madrileño, de los que casi ochocientos correspondían al conjunto de los siete grandes. Sin embargo, parecía existir un interés bastante extendido dentro de este grupo de valores, que son los que soportan en mayor medida el peso de los índices generales, por evitar que cundiese el pánico. Así, las mismas entidades hicieron frente a la mayor parte de las órdenes vendedoras cursadas y sólo admitieron pequeños repliegues.
En las sesiones del miércoles continuó predominando la oferta, aunque aparecía bastante más diluida como consecuencia de la firme decisión que habían manifestado los bancos en las reuniones anteriores de no aceptar recortes sustanciales en sus precios. No obstante, se volvió a negociar un buen número de títulos a espaldas del tradicional sistema de la caja, y los precios de estas acciones volvieron a resistir los embates de la oferta. Sólo el Popular abandonó la línea de resistencia y aceptó perder el 300%.
El jueves la situación se normalizó prácticamente por completo, y sólo impidieron que el índice general del mercado madrileño experimentase una diferencia positiva los recortes en un par de eléctricas y el mutismo de Telefónica.
El viernes, con un mercado mucho más tranquilo y ya plenamente concienciado en que los pronósticos de sus padres podrían cumplirse sin dificultad, se produjeron algunos avances en el grupo bancario, Telefónica mejoró y las eléctricas se animaron ante la proximidad de sus dividendos.
En definitiva, final feliz y dudas para las próximas semanas, que por el momento nadie se atreve a intentar afrontar.
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