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Repercusiones de las elecciones andaluzas

Los suaristas, partidarios de un congreso extraordinario para colocar a su líder al frente de Unión de Centro Democrático

Las distintas familias ideológicas que integran UCD permanecían ayer a la expectativa del proyecto de recomposición centrista que hoy presentará el presidente del Gobierno y del partido, Leopoldo Calvo Sotelo, en la reunión del comité ejecutivo centrista, que se celebra esta mañana en la Moncloa. Ninguno de los "jefes de fila" centristas se mostraba ayer dispuesto a desvelar el contenido las intervenciones que ya tienen preparadas, hasta conocer con exactitud la idea que Calvo Sotelo tiene de lo que debe ser la regeneración del partido y cuáles son los proyectos políticos de Adolfo Suárez para situarse en la presidencia del partido.

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Algunos comités locales, de claro signo suarista, pedían ayer la convocatoria de un congreso extraordinario, ante el descalabro de las elecciones andaluzas. Algunas agrupaciones ya piden abiertamente la vuelta de Suárez al frente del partido. Se cree que esta puede ser la posición que hoy van a defender los suaristas en la reunión del comité ejecutivo, que comienza a las diez horas en la Moncloa, salvo que obtengan contrapartidas por otra vía.Agustín Rodríguez Sahagún, suarista y ex presidente de UCD, se entrevistó ayer durante media hora con el presidente del Gobierno en lo que podría ser un intento de "pactar un desarrollo pacífico" de la sesión de hoy y actuar como "hombre puente" entre Adolfo Suárez y Calvo Sotelo. Sin embargo medios próximos a ambos se limitaron a manifestar que el contenido del encuentro fue interesarse por el proyecto futuro que uno y otro han dibujado para la recomposición de UCD.

Objetivo primordial de Calvo Sotelo, en estos momentos, sería ganar tiempo para proponer "soluciones radicales" para lo que ya todos llaman regeneración de UCD. Para ello necesita evitar a toda costa que los suaristas lleven adelante su idea de solicitar la celebración de un congreso extraordinario del partido, posibilidad que ayer no se descartaba por completo. La argumentación de los fieles de Suárez es que, si el fracaso electoral en Galicia supuso la defenestración de Rodríguez Sahagún y Calvo Ortega, ahora un congreso extraordinario debería tomar idénticas medidas con los máximos responsables del aparato centrista. Y no olvidan citar que el actual presidente de UCD es el propio Calvo Sotelo.

Las figuras más críticas hacia la actuación presidencial piensan en emplazar a Calvo Sotelo para que se comprometa, de la manera más concreta posible, a responder en breve plazo a las tres grandes preguntas: cuándo se celebrarán las elecciones generales; cómo (y con quién) se iría a estas elecciones, y bajo qué liderazgos se concurrirá, lo cual es consecuencia de lo anterior.

La contraofensiva de la Moncloa consistirá, aseguran medios próximos a la presidencia, en proponer dos posibles modelos de partido: una "solución a la portuguesa" (es decir, una alianza electoral entre el centro y la izquierda socialdemócrata y las formaciones más a la derecha), lo que sería una solución de gobierno; o aceptar a priori una derrota electoral venidera y conformarse con un partido de no más de 30 diputados, que constituyese una especie de "bisagra" entre la derecha y la izquierda.

Por el momento las propias familias centristas parecen carecer de alternativas concretas (por ejemplo, anoche se reunieron, en un hotel madrileño, los democristianos, sin Landelino Lavilla, para comenzar a elaborar una respuesta a la actual situación). Las espadas están en alto y todos están a la espera de lo que hoy proponga el presidente, que ayer, en la reunión con el grupo parlamentario centrista se limitó más bien a constatar el fracaso andaluz que a ofrecer salidas a la situación.

Calvo Sotelo, con el grupo parlamentario

Leopoldo Calvo Sotelo se comprometió ante los ochenta diputados que acudieron a la reunión, casi otros tantos de todas las tendencias de UCD se encontraban ausentes, a resolver en el plazo de un mes el conflicto interno por el que atraviesa el partido.

Esta fue su respuesta a las intervenciones que realizaron Ignacio Camuñas y Fernando Abril durante la reunión que el Grupo Parlamentario Centrista mantuvo ayer en el Congreso de los Diputados. Tanto Abril como Camuñas plantearon que los órganos del partido deben ser quienes decidan lo que hay que hacer para recomponer UCD; Camuñas, incidiendo en que se definiera si tales decisiones se van a adoptar en el comité ejecutivo de hoy, en un congreso extraordinario o en un consejo político, y Fernando Abril, advirtiendo que la derrota andaluza "no, debe abrir un proceso de canibalismo dentro del partido". Ambos pidieron que se fijase un calendario concreto de decisiones.

La intervención conciliadora de Fernando Abril fue la única que dejó oír la voz de los suaristas Con Adolfo Suárez ausente de la reunión, Rafael Arias Salgado, Rafael Calvo Ortega y Agustín Rodríguez Sahagún prefirieron guardar silencio. Los dos últimos abandonaron puntualmente la reunión del Grupo Parlamentario Centrista para dirigirse de inmediato a la calle de Antonio Maura, donde tiene instalado su bufete el ex presidente del Gobierno.

Leopoldo Calvo Sotelo, en el discurso que pronunció al inicio de la reunión, dejó claras tres cosas: que no va a haber disolución de las

Cortes a corto plazo; que no va a remodelar su Gabinete ministerial, y que, de la misma manera que él asumía su parte de responsabilidad en la derrota sufrida en Andalucía, cada cual debía hacer lo mismo, sin que ello significase culpar a nadie del descalabro del 23 de mayo. La mejor manera de que los diputados centristas asuman esa parte de responsabilidad que les corresponde es, según el presidente del Gobierno, manteniéndose unidos.

El presidente Calvo Sotelo defendió la tesis de que el fracaso andaluz no es un hecho aislado, como tampoco lo fue el gallego -si bien admitió que entonces no se dieron cuenta-, porque el factor determinante de la derrota ha sido, en ambos casos, la tendencia del voto a polarizarse entre la derecha y la izquierda.

Este análisis del presidente del Gobierno tranquilizó muchas conciencias centristas, hasta el punto de que José Luis Meilán, quien en su día fue señalado como uno de los principales responsables de la derrota ucedista en Galicia, llegó a proponer públicamente que "había llegado la hora de las reparaciones".

Asimismo, el presidente del Gobierno y de UCD manifestó que ya había encargado los estudios necesarios para determinar con exactitud cuáles habían sido las causas concretas de la derrota andaluza.

Tampoco Calvo Sotelo ni ninguno de los que intervinieron en la reunión de ayer plantearon un acercamiento de UCD hacia el partido de Manuel Fraga. Los únicos datos que se barajaron en cuanto al desplazamiento de voto sufrido por UCD fueron las cifras del 60% hacia Alianza Popular, y el 40% hacia el PSOE.

Sin embargo, el significativo silencio de las cabezas de fila de los sectores ideológicos del partido -no participaron ni Oscar Alzaga ni Pío Cabanillas ni Rodolfo Martín Villa ni Juan Antonio García Díez- deja abierto el interrogante sobre posibles rupturas o escisiones en el partido del Gobierno.

Ayer, en medios centristas se tenía el convencimiento de que los portavoces de las distintas familias que integran UCD aprovecharían la reunión del comité ejecutivo prevista para hoy para exponer las conclusiones a que cada cual ha llegado tras analizar los tristes resultados obtenidos por UCD en las elecciones de Andalucía.

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