Polín Laporta
es una pintora alcoyana qué, no sin preocupaciones por el mundo de las Malvinas y la cercana avalancha informativa del Mundial de Fútbol, está preparando las maletas de su insólito, vetusto y destartalado pero apasionante mundo pictórico para abrirlas y exponerlas en la galería Hamiltons, en Londres. Los grabados, los dibujos, las serigrafias de esta artista que prefiere "los relojes dormidos", están -y así los trabaja- por encima o al margen "de la vorágine en que vive envuelto el mundo". Para empezar, Polín Laporta -Concepción Laporta Albors en la partida de nacimiento- nunca ha creido en el cuadro pintado "en pleno arrebato de inspiración". Ella se expresa de dentro hacia fuera, alejada de contingencias. Por eso le asusta que su presencia en la capital británica, hasta el 8 de junio, esté mezclada en acontecimientos y momentos que, dice, "ni elegidos por mis peores enemigos".
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