Damasco se esfuerza por recabar apoyo argelino

Enfrentado, en el plano interno, a una situación harto conflictiva como consecuencia del rechazo popular a su régimen, el presidente sirio Hafez el Assad ha vuelto a insistir ayer, en Argel, en la necesidad de "luchar contra la arabización de Camp David", imponer condiciones a la normalización con Egipto y censurar las tentativas de Arabia Saudí de mediar en el mundo árabe. La visita del presidente sirio constituiría una nueva tentativa de alinear a Argelia con la postura de Damasco.La violencia y los excesos a que ha recurrido el régimen sirio, en febrero pasado, para liquidar el brote insurreccional de Hama, donde los Hermanos Musulmanes habían creado la peor de las crisis a que se ha enfrentado Assad desde que fuera nombrado al frente del país, en 1970, ha suscitado una gama de críticas en el resto del mundo árabe.

En la actualidad, el pretexto de la visita de Assad a Argel es la preparación de una nueva cumbre del Frente de la Firmeza para examinar las posiciones políticas del presidente egipcio, Hosni Mubarak, pero en el fondo de la trama estaría la voluntad del baath sírio y de sus aliados en Irak para utilizar el estado actual del conflicto irano-iraquí, con un Ejército iraquí replegado y desmoralizado, para derrocar a Saddam Hussein desde que abortara la unión política sirio-iraquí proclarnada a bombo y platillo en diciembre de 1980.