Los líderes socialistas inician su campaña negando toda posibilidad de pacto con el PCE en Andalucía

El PSOE de Andalucía comenzó su campaña electoral en Córdoba con la presencia de sus más destacados líderes arropando a su candidato, Rafael Escuredo, en un mitin multitudinario, ante 15.000 personas. El presidente de la Junta de Andalucía dijo ayer, en un desayuno de trabajo con los periodistas, que se presenta a la reelección para culminar el trabajo emprendido desde que comenzó la iniciativa de los ayuntamientos para optar por la vía autonómica rápida del artículo 151 de la Constitución. Tanto el candidato como el número uno socialista, Felipe González, insistieron en que no habrá pacto ni con los comunistas ni con nadie en el gobierno regional.

Escuredo dijo también, según informó Sebastián Cuevas, que pretende afrontar los problemas desde el convencimiento de que "las tareas económicas y sociales sólo pueden culminarse colectivamente" y se mostró convencido de que en la oferta del PSOE "hay dos razones básicas que pueden transformar el Estatuto de Andalucía en un instrumento eficaz: su condición de socialismo democrático y la incorporación sincera del andalucismo, no como un discurso sentimental, sino como un compromiso real".Escuredo puso especial énfasis en clarificar su crítica a la campaña empresarial, supuestamente a favor de un modelo de sociedad en el que no haya estatalizaciones. Para el hasta ahora presidente de la Junta y candidato a la reelección, esta campaña de los empresarios "está movida por seis señores de Madrid que quieren dominar a seis millones de andaluces" y es una campaña que tiene trampa.

"El modelo de sociedad", dijo Escuredo, "está claramente definido en la Constitución y en el Estatuto y desde ninguno de ambos textos legales es planteable la colectivización de la economía andaluza. Lo que está en juego es el reparto de los dineros. ¿Se va a repartir el caudal público desde criterios que primen a un sector privilegiado del pueblo andaluz o desde otros que se destinen a beneficiar a la generalidad y, de ella, a los menos dotados?", se preguntó Escuredo. "Esa", añadió, "es la cuestión, porque el modelo de sociedad que define la Constitución está enmarcado en el contexto de las democracias occidentales y reconoce, de manera expresa, la libre iniciativa y, a la vez, la existencia de un sector público", modelación que, según Escuredo, es inamovible.

El candidato socialista ratificó que "no vamos a gobernar con el Partido Comunista, los centristas, los presuntos nacionalistas ni con otra formación política". Rehusó la política de alineación, porque, dijo, "conduce a una política de bloques que el PSOE no quiere ni para Andalucía ni para España".

La sombra de Martín Villa

Escuredo se mostró confiado en el triunfo e intentó invalidar a sus oponentes: "Aún planea sobre Andalucía la sombra de Martín Villa", dijo. "A Rojas Marcos se le llena la boca hablando de Andalucía y luego la vende por un plato de lentejas", comentó.En el acto electoral de apertura de la campaña socialista parciparon también Manuel Gracía, cabecera de lista por Córdoba y José Rodríguez de la Borbolla, quien señaló que tiene la convicción de que Rojas Marcos dimitirá del Parlamento andaluz tan pronto salga elegido, "para seguir su chalaneo madrileño". También estuvieron en el acto las dos primeras figuras del partido. El vicesecretarío general, Alfonso Guerra, atacó a UCD y opinó que Suárez no baja a Andalucía para evitar hundirse con el partido del Gobierno el 24 de mayo. Guerra puso en duda la posibilidad de que Calvo Sotelo pueda cumplir su promesa a los mineros de Cala el 7 de junio. " ¿Quién nos garantiza que estará entonces en La Moncloa, después del 23 de mayo?", se preguntó.

Felipe González, cuya aparición fue subrayada por aplausos, explicó la oferta socialista para Andalucía como solución "para combatir la angustia y recrear la esperanza". Después de manifestar que hacía gustoso de presentador del candidato a la reelección a la Presidencía de la Junta de Andalucía y elogiar su trayectoria política, su honestidad y su vocacion andalucista, el secretario del PSOE insistió en que no habrá pacto con los comunistas para el Gobierno andaluz, aunque, precisó, "yo no voy a hacer política anticomunista ni a condenar a los comunistas a un gueto".