Japón, hoy
Con cierta sorpresa he leído el editorial que ese prestigioso periódico de su digna dirección publicó el pasado día 20 del actual bajo el título El fantasma japonés, escrito en ocasión de la visita efectuada a mi país por el presidente de la República francesa, Mitterrand.Mi sorpresa surge al constatar que el contenido de¡ editorial recoge impresiones incluso más negativas que los comentarios producidos en la propia Prensa francesa sobre dicha visita, y el hecho de que en tan importante diario como EL PAIS se mantengan aún imágenes bastante distantes de la realidad japonesa.
La visita de Mitterrand, cuyas cualidades personales han impresionado hondamente, tanto a los círculos políticos y económicos como al pueblo japonés, ha permitido un franco intercambio de impresiones sobre diversos niveles, desde los temas globales del orden mundial hasta temas concretos de las relaciones bilaterales francojaponesas.
Como resultado de las amistosas conversaciones celebradas, espero que la parte francesa haya comprendido los esfuerzos que Japón, consciente de que haya mayor armonía entre los países industrializados, está realizando para liberalizar aún más su mercado, adoptando progresivamente medidas que faciliten el acceso de los productos europeos y americanos al mercado japonés, tales como: rebajas arancelarias, eliminación al máxime) de los trámites interiores de control e inspección de productos importados, etcétera.
Por supuesto, es difícil lograr absoluta coincidencia en todas las cuestiones abordadas en el curso de una visita presidencia¡; por ello, nada tiene de particular que, para algún miembro del séquito presidencial, desde su punto de vista, le haya parecido insatisfactoria la posición japonesa sobre el alcance de la liberalización de nuestro mercado, como también que hubiese desilusión en los medios informativos japoneses sobre la postura francesa en materia de pruebas de armamentos nucleares, muy distantes de¡ criterio adoptado por el Gobierno y el pueblo japonés sobre este tipo de armas.
Sin embargo, el marco de las relaciones globales entre los dos países se ha revitalizado al coincidir ambas partes en la necesidad de lograr una mayor colaboración y entendimiento en todos los campos de interés mutuo, que van desde los de la cultura y tecnología hasta los de la economía.
Señor director: hay muchos puntos en el referido editorial que me han llamado la atención y que me gustaría comentar, pero quiero destacar la afirmación que hace sobre la existencia en mi país de "un salario escaso, que jamás afectará al obrero francés y difícilmente se presentará en ningún otro país de Europa". Es difícil hacer una exacta comparación de los ni-
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