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Se acentuó la presión de los vendedores

Los mercados bursátiles españoles iniciaron su andadura con una falta de garbo preocupante, que era hija natural de la falta de brío que manifestaban los compradores potenciales, y del paulatino nerviosismo que parece ir ganando a los especialistas, quienes ven con preocupación la diaria impotencia del mercado para cambiar la persistente atonía del mercado, a pesar de que la oferta no ha llegado en ningún caso a hacerse asfixiante.En la Bolsa de Madrid volvió a resultar inapreciable la ayuda de Telefónica para evitar una catástrofe en el índice general. Algún día habrá que organizar un homenaje al monopolio de los inapreciables servicios que, desde hace años, viene prestando con su cotización a la tranquilidad de la sobremesa de los honrados inversores bursátiles, que fían el comportamiento de las bolsas a las escuetas informaciones que facilita a mediodía la mejor televisión del país.

Aparte de esta anécdota, hubo muy pocas cosas más que resaltar, pues el negocio, que continuó siendo bien escaso, discurrió por los cauces prefijados, sin que se observasen comportamientos dignos de mención especial.

En todo caso, algunos especialistas comentaban que se habían acrecentado las operaciones realizadas por fuera de los corros, en un claro intento de respetar en la medida de lo posible los actuales niveles de precios, ya que parecen persistir los deseos de mantener el índice sobre el 100%. Este empeño parece resultar más complicado a medida que pasan los días y no surgen los chispazos compradores, pero, en definitiva, parece tratarse de una empresa casi institucional.

Los bancos son los valores que, al parecer, más afectados se están viendo por el fenómeno anterior. Así, los pequeños saldos vendedores que continúan presentando, podrían no tener demasiado que ver con el fondo real del mercado, y los repliegues de Central, Banesto, Popular y Santander, a lo peor tenían algo menos de estratégico que lo que sus propios cuidadores querían dar a entender en sus comentarios de cierre de las reuniones, y respondían a una presión más preocupante de la oferta.

Las eléctricas observaron unas discretas oscilaciones negativas, generalmente remitidas a la pérdida de algún cuarto de punto en valores aislados, pero sin que tampoco lleguen a representar excesivos motivos de preocupación por el momento, ya que se considera que tienen la garantía que les presta su elevada rentabilidad por la vía directa del dividendo. Lo que sí ha comenzado a apreciarse con alguna claridad es la desafección de los inversores por algunos valores concretos.

En definitiva, los especialistas parecen enfrentarse a una situación de clara falta de perspectivas favorables para los mercados de valores en los próximos meses, por lo que en algunos casos han abandonado sus posturas de no beligerancia y han comenzado a ofrecer partidas a la venta. El inicio de la negociación de pagarés del Tesoro, a los que tendrá acceso el público, las incógnitas sobre los resultados de las elecciones andaluzas, el escaso eco que están obteniendo las juntas de accionistas celebradas, y la existencia de una amplia serie de operaciones financieras por realizar en los próximos meses, constituyen el objeto de casi todos los comentarios.

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