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Reportaje:

La Real Sociedad dejó de ingresar cien millones de pesetas

El Gobierno vasco y los directivos de la Real Sociedad iniciaron hace dos semanas conversaciones encaminadas a replantear el tan polémico tema del nuevo campo de la entidad donostiarra, que hasta el momento ha resultado un intento fallido. En Zubieta o en cualquier otro lugar, la Real Sociedad aceptaría una fórmula idónea para construir un nuevo estadio, dado que el de Atocha es antieconómico. La Real, según cálculos de su presidente José Luis Orbegozo, tendrá este año un déficit aproximado de veinticinco millones de pesetas. Se calcula que el club, dada la escasa capacidad de Atocha, ha dejado de ingresar esta temporada algo más de cien millones de pesetas.

El domingo, mientras los aficionados celebraban hasta altas horas de la madrugada el triunfo obtenido por su equipo, renacía la vieja aspiración de la entidad blanquiazul de construir un nuevo campo. La Real tiene de nuevo la opinión pública a su favor. La conquista del campeonato e Liga trae al club una serie de preocupaciones económicas de complicada solución. El presupuesto de la Real otra vez se ha visto aumentado en el apartado de gastos como consecuencia de los éxitos alcanzados. Para la entidad, las victorias suponen un incremento notable del capítulo de primas. Los plateamientos económicos del club, a causa de la poca capacidad de Atocha, parecen basados en una contradicción, ya que únicamente se pueden producir ejercicios boyantes siempre y cuando el equipo no logre una clasificación superior a la zona media de la tabla.En este momento, aunque la directiva no está dispuesta a desprenderse de ninguno de sus cotizados jugadores, cabe hacer algunas especulaciones sobre la posibilidad de los traspasos, porque es la única fórmula para enderezar el rumbo financiero de la Real Sociedad. Del equipo considerado titular finalizan contrato el 30 de junio Alonso, López Ufarte, Celayeta, Uralde, Murillo, Diego y Olaizola. Retener a algunos de estos jugadores, y a otros como Zamora y Arconada, supone para la Real Sociedad un gran sacrificio. Desgraciadamente para los campeones, el club no está en condiciones de mantenerlos, pese a que no perciben los millonarios emolumentos de otros jugadores. Es toda una ironía, pero la Real Sociedad no puede permitirse el lujo de tener un equipo campeón. La ciudad y los organismos oficiales tendrán que dar alguna respuesta satisfactoria en breve plazo, si se quiere mantener el ritmo brillante de las tres últimas campañas.

La Real ha logrado por segundo año consecutivo el título de Liga, con lo que se ha convertido en el sexto equipo del país en lo que a campeonatos obtenidos se refiere. Arconada ha obtenido por tercera vez consecutiva el trofeo Ricardo Zamora al guardameta menos goleado, a pesar de que ha encajado 33 goles, y en las anteriores ocasiones únicamente recibió 20 y 29. Los veinte tantos de hace dos temporadas son el récord de la Liga española.

Fiesta en la calle

San Sebastián no recuperó la normalidad hasta bien entrada la mañana de ayer. Fueron centenares las personas que acabaron la jornada campeonil con las sopas de ajo y el chocolate con churros cuando los demás ciudadanos comenzaban a volver al tajo. Los anastasios comenzaron su jornada musical una hora antes de que se iniciara el encuentro de Atocha y la cerraron con los compases del Agur jaunak a las 2.36 de la madrugada, en la calle Easo. Hasta ese momento no dejaron de tocar por todas las calles de la población. A esa hora, la esquina del hotel de Londres y de Inglaterra era todavía un hervidero de gente. Los automovilistas hacían sonar las bocinas de sus vehículos y centenares de personas bailaban cuando intepretaban los anastasios. A las tres de la madrugada todavía paseaban por la ciudad las treinta personas llegadas de Caracas para ver el triunfo de la Real. Andrés Iruretagoyena, el hijo de Kiniki, viejo jugador donostiarra que llegó desde México para ver el final liguero, se tomó el último trago de champán dentro de su coche, invitado por un rumboso realista cuya obsesión era hacer partícipe de su euforia y su bebida a cuantos pasaban cerca de él.Los jugadores de la Real Sociedad, tras la recepción en el ayuntamiento, acudieron a una cena a la que llegaron tarde Arconada Zamora y López Ufarte, porque participaron en el programa deportivo de televisión. Tras la celebración familiar, quienes no forman parte de la selección nacional salieron a la calle y se mezclaron con los aficionados, que obligarán a mantener abiertos numerosos bares durante toda la noche. A medida que cerraban algunos establecimientos, los felices campeones se trasladaban a aquellos en los que todavía quedaba algo por ingerir. A las cuatro de la mañana aún se oían en un barrio tan alejado del centro como Amara bocinazos y cánticos del "campeones, campeones, oé, oé, oé".

En la mañana de ayer, las ediciones especiales de los periódicos vascos eran adquiridas con fruición. Las emisoras de radio estuvieron reproduciendo hasta el mediodía los momentos más vibrantes del encuentro final. La euforia duró más de veinticuatro horas. Ayer algunos balcones aún tenían colocada la bandera realista.

Para los jugadores no ha finalizado la temporada. Seguirán entrenándose para participar en un homenaje al Alavés, en Vitoria, y para jugar contra Francia el día 11 de mayo, aunque no podrá contar con los internacionales.

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