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Lucía, Gibraltar y las Malvinas

Lucía, la cantante sevillana que esta noche tiene que representar a Televisión Española en el Festival de Eurovisión, se ha marchado a Londres con el corazón en un puño. Resulta que, al principio de la aventura, se trataba tan sólo de conservar su imagen de muchacha guapa y repetirle a medio mundo lo que ya todo quisque por aquí tararea: "Ven, tengo libre de ocho a diez, / nos podemos divertir / y tomarnos una cópa. / El es igual que un perro fiel,/ pero te prefiero a tí/ aunque digan que estoy loca".

'Allí hay mucha política'

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El Festival de Eurovisión se celebra hoy, con Lucía como representante de Televisión Española

Pero Lucía se ha ido dando cuenta, al pasear por la calle, que la mayoría silenciosa esperaba de ella una hazaña más gloriosa que las de Salomé y Massiel, un acto heroico en la línea melódica de Agustina de Aragón y con el peñón de Gibraltar como premio. Ella, de entrada y bajo cuerda, no pensaba nada bueno del festival eurovisivo. Y hasta decía: "Allí hay mucha política". No sabía entonces, la infeliz, hasta qué punto.Por una parte, la canción que ha de defender, original de Paco Cepero e Ignacio Román, no acaba de gustar ni bajo estos cientos. Pedro Ruíz, por ejemplo, opina que es un cóctel infumable. Y otros, como Chiquetete, vecino de la moza desde la infancia y compañero del alma de Cepero, no dejan de reconocer que el tema elegido se sitúa en el momento político más inoportuno que soñarse pudiera. ¿Por qué? Por el aire de tango que tiene la canción.

Imagínense a los íngleses, justo en el espacio televisivo que aguardaban para olvidarse de sus males coloniales, recibiendo una bofetada tangueada de la mano de una española encargada de reclamar el Peñón.

Así las cosas, el "abrásate con Lucía" puede llegar a convertirse en una chamusquina de tomo y lomo. Y da pena que esta mujer sonrisuefía, ayer La Ruina y antes Maribel, regrese como Juana de Arco sin comerlo ni beberlo. Todo por culpa de un conflicto bélico, cuando la criatura lo que quiere es gazpacho andaluz, ser pintada por Zurbarán, volver a ver Lo que el viento se llevó y conocer Holanda para dormir la siesta entre tulipanes.

Ritmo malévolo y conflictivo

Ya lo decía: "Allí hay mucha política". Pero hay también la fatalidad nuestra de agredir por lo tonto con un ritmo malévolo y conflictivo. ¿Por qué, Sefíor, por qué nos pasa siempre esto? Lucía pudo concurrir con otros títulos más seductores de su repertorio: Me corre prisa, Es como un sueño o Me cogió por sorpresa. Incluso pudo ir de autocrítica y cantar desmadradamente ¡Qué tontería! Estériles proposiciones a destiempo; se fijaron en El.El autor, Paco Cepero, declara: "Que por lo menos no quede en el último puesto". Es nuestra resignacion cristiana a dos pasos de la hoguera. De todas formas, algo podría hacerse todavía para evitar el desastre.

Un beso antes de cada equívoco suspiro

Piensa Lucía montar su número con un bailarín que debe darle un beso antes de cada equívoco suspiro. ¿Por qué no se le pide a. Julio Iglesias que ocupe ei lugar del anónimo besucón? Nos salvaría. El siempre dijo que daría hasta la última gota de su sangre si su patria se lo pidiese. España no le pide tanto, pero sí un beso.Como no gane Lucía, esa carencia pesarú duramente sobre la carrera futura de Julio Iglesias. Y luego, a la hora de los amargos epílogos con salpicaduras políticas, que nadie culpe en exceso al Reino Unido. Porque acaso la Junta Militar argentina decidió la invasión de las Malvinas para que España no fuese la ganadora en Eurovisión. ¡Pobre Lucía! Con ese cuerpo y esos años, van y la mandan a la guerra. Que, por lo menos, regrese viva.

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