El poco negocio y las pequeñas diferencias definieron el mercado
Las bolsas españolas concluyeron su singladura semanal prácticamente como la habían iniciado, es decir, con un, volumen de negocio en los corros muy corto, actitud reservada por parte de los vendedores potenciales, y huida manifiesta de los compradores. Esta definición que constituye una nueva reiteración a la hora de definir el comportamiento de los mercados de valores es la única posible ante el comportamiento reiteradamente insulso de las bolsas que parecen estar inmersas en un prolongado compás de espera, consecuencia directa del desconcierto en el que están sumidos buena parte de los especialistas.La situación actual presenta una doble lectura, según el talante de quien emita el juicio. Por una parte se, puede pensar en que los mercados de valores están presentando una fuerte línea de resistencia a la baja, lo que constituiría un dato positivo. En contraposición, algunos comentarios apuntan la impotencia de las bolsas por mejorar sus posiciones, una vez que han quedado claramente puestas de manifiesto las intenciones de los especialistas más importantes de no castigar con ventas a los valores más representativos del mercado.
Lo que en cualquier caso, ha quedado claro es que nos movemos en un mercado tremendamente estrecho, en el que los principales actores se conocen sobradamente entre sí, y donde la falta de aportaciones novedosas se hecha mucho en falta.
Los inversores individuales muestran unas posturas tremendamente reservadas a la hora de canallzar sus ahorros hacia las bolsas, precisamente porque el comportamiento de éstas, y las incógnitas coii las que se han de enfrentar en un futuro inmediato. Por otra parte, la proliferación de activos financieros con una rentabilidad muy aceptable y que no cuentan con el factor riesgo, la deuda pública o los pagarés del Tesoro de próxima aparición serían los ejeniplos más claros de esta competencia, atraen una buena parte de los recursos ociosos que posiblemente en o-iras ocasiones hublesen sido canalizados hacia los valores mobiliarios.
No quiere esto decir que la aparición de nuevos activos resultede por sí perjudicial para el sistema, más bien su efecto es el contrarlo, pero lo que sí queda claramente de manifiesto es la deficiente estructura actual de los mercados de valores, donde a pesar de las innovaciones introducidas se sigue pensando en la clave de la renta variable como único elemento de negocio en la bolsa, y en este sentido se encamina el único indicador intersectorial que se publica a diario, mientras que los sectores de venta fija, que son precisamente los que están mostrando una ma.yor actividad a lo largo de las últimas reuniones, son las hermanas-feas del mercado, y como tales pasan prácticamente inadvertidas para el gran público.
Entre las eléctricas, y en el mercado madrileño, la mayor atención la centró Iberduero, que cedió posiciones comenzando a negociarse a 55,5% para rebotar inmediatamente un cuartillo más caro y terminar cerrando gracias a algunos apoyos de sus incondicionales al 56%. Durante todo el trancurso del corro se pudo apreciar un fluido arbitraje entre las acciones viejas de este valor y las nuevas, que se pagaron al 53% con una pérdida de tres cuartillos.
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