El proyecto Presur

No concibo un editorial tan estrecho y miope como el que publica EL PAIS -periódico que admiro por su calidad informativa- el 15 de abril sobre el proyecto Presur, al que enjuicia con un criterio puramente economicista, más bien propio de intereses elitistas, concluyendo en que no es un proyecto rentable y sí una carga para el país -y los bolsillos de todos los contribuyentes-, que más bien necesita proyectos industríales claramente viables.Esto nadie lo discute. Sería necio. Pero sobre el proyecto Presur -existen diferentes versiones, entre las cuales la planta de pellets es siempre defendida, y la de prerreducidos está por ver- no deben hacerse afirmaciones tan simplistas, aparte demagogos electoreros y promesas del Gobierno. La insensibilidad social de EL PAIS me asusta. ¡Ya quisiéramos los extremeños ser tenidos en cuenta en sus páginas con el despliegue informativo con que lo hace con otras regiones! ¡Ya quisieran los que no tienen nada ver reivindicadas sus necesidades con el ahínco con que reivindica mayor calidad de vida para los que tienen mucho! ¿Cómo puede un periódico de tal prestigio y que tanto ha contribuido a consolidar la democracia en España asumir posiciones tan radicales? Para el editorialista sólo cuenta la rentabilidad; un criterio encomiable, pero en este caso erróneo. Ante él sólo cabe decir: ni la República ni la díctadura aportaron soluciones a nuestro subdesarrollo. Acabamos desengañados de unos y otros. ¿También la democracia monárquica y parlamentaria nos margina y desengaña? ¿No importa nada la justicia social, los derechos humanos, la solidaridad consagrada en la Constitución y de que tanto alardean los políticos? ¿Acaso Extremadura y Andalucía son regiones de segunda categoría? ¿No han contribuido durante siglos, y no sólo con su bolsillo, sino sacrificando generaciones enteras, a enriquecer otras regiones de España?/