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Los socialdemócratas alemanes inician un congreso decisivo para su futuro

El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) comienza hoy en Munich un congreso de cinco días de duración, que se considera decisivo para la permanencia de la socialdemocracia en el Gobierno federal alemán.

En busca de la identidad perdida podría ser el título del congreso del SPD en Munich, donde en los próximos cinco días se verá si el partido reúne todavía las condiciones mínimas indispensables para continuar en el poder en Bonn y afrontar con cierta posibilidad de éxito las elecciones parciales de Hamburgo, el próximo 6 de junio, y Hesen, el 26 de septiembre. El SPD atraviesa sus horas más bajas desde hace casi veinte años. Del congreso de Munich el SPD deberá salir con una definición clara de su imagen para el electorado, si no quiere perder sus últimas posibilidades de gobernar en la RFA.El congreso se presenta como una prueba de fuerza entre el canciller federal, Helmut Schmidt, y sus críticos. Schmidt atribuye los sucesivos fracasos de¡ partido desde las elecciones federales de octubre de 1980 a la imagen de desunión que ofrece el SPD. Los críticos del canciller le echan la culpa de la política del Gobierno federal contra los intereses de los electores tradicionales de la socialdemocracia y los nuevos sectores sociales de protesta: pacifistas y ecologistas.

A quién dirigirse

En los meses pasados se debatió deiitro del SPD si el partido debe abrirse a los nuevos grupos de protesta o centrarse sobre su electorado tradicional de trabajadores. La situación se ha complicado de tal forma para los socialdemócratas, que corren el peligro de terminar mal con todos al mismo tiempo. El margen de maniobra de la dirección del SPD es mínimo en las cuestiones centrales que serán debatidas estos días en Munich: programa económico para la recesión, energía nuclear y rearme atómico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).En las estrategias de lucha contra el paro, el SPD se enfrenta a las exigencias de los sindicatos para conseguir un programa efectivo a costa de los más privilegiados de la sociedad. Esta exigencia es contestada por los compañeros de coalición en Bonn, los liberales (FDP), que se oponen a todo lo que pueda dañar a su clientela electoral de empresarios, fuiicionarios y trabajadores por cuenta propia.

El debate nuclear, aplazado

En la energía nuclear, el SPD se debate entre lo que el Gobierno presenta como imperativo necesario y las protestas masivas de las bases y los movimientos ecologistas, opuestos a lo que consideraii un peligro para la vida y el medio ambiente. La discusión sobre el rearme atómico de la OTAN y el estacionamiento de cohetes en el territorio de la RFA quedará en gran parte excluida y aplazada para un congreso extraordinario del partido el año 1983. De esta forma se evita el enfrentamiento en estos momentos y se confía en que para entonces las conversaciones de desarme de Ginebra hayan aportado algo positivo para aplicar a los enemigos del rearme. Este truco del aplazamiento no impedirá del todo la polémica.En las reuniones previas de este fin de semana en Munich, los órganos directivos han tomado ya una decisión personal importante, al escoger como candidato a la vicepresidencia del partido al presidente del Gobierno de Renault del Norte y Westfalia, Johannes Rau, soltero, protestante y de cincuenta y un años, que de esta forma se perfila como el más claro sucesor de Willy Brandt el día en que éste deje la presidencia del SPD. Rau sucederá en la vicepresidencia a Hans-Juergen Wischnewski, que pasará a ocupar un puesto en la cancillería junto a Schmidt.

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