El Athlétic puso fútbol, y el Barcelona, la pasión
ENVIADO ESPECIAL El Athlétic de Bilbao demostró en el Camp Nou que estar en cuarta posición con una plantilla no muy cara no es producto de la casualidad. El conjunto de Clemente hizo a veces un fútbol de muchos quilates, compensado, equilibrado e inteligente y sobre todo valiente, aun cuando estuvo en inferioridad numérica. El Barcelona también demostró que su mala racha es producto de que, pese a luchar, no es el equipo de la primera vuelta y de que algo falla. El juego que desarrolló el domingo no es el que corresponde a un campeón.
Una plantilla como la del Barcelona no debería acusar tanto las ausencias de Schuster y Quini. Indudablemente son dos hombres muy importantes, pero de ahí a que el juego del e,quipo de eclípse cuando estos dos hombres no están va un abismo, y sin embargo así ocurre. Cierto que el conjunto de Lattek llegó al írea rojiblanco e incluso a veces con peligro, pero casi nunca producto de un fútbol elaborado y con estructura sólida. Al final tiene que ser Simonsen el que resuelve por su cuenta.
El Athlétic, desde el primer minuto, hizo una defensa individual estrechísima que le dio resultado y quizá de ahí que su despiste en la ocasión del gol se notara mucho. Carrasco quedó completamente solo. No obstante, en la mayoría de las ocasiones supo adelantarse a su contrario y no dejó que le llegara el balón. En varias ocasiones practicó el pressing que también le dio buen resultado, y obligó a que Urruticoechea, un vasco, salvara al Barcelona de la derrota. El guardameta azulgrana tuvo felicísimas intervenciones cuando el contraataque bilbaíno desbordaba a la defensa barcelonista.
Simonsen pudo ganar el partido en una de sus jugadas individuales. En una de ellas, después de hacer todo, dio un trallazo, imparable, que se estrelló en el larguero.
El planteamiento de Clemente fue acertado e inteligente. A partir de esa férrea defensa, se apoyó muy bien en el cerltro del campo y salió con rapidez en el contraataque. Era el papel que tenía que interpretar. Ocurre que para hacer eso hace falta tener ideas, imaginación y velocidad, y de ello dieron muestras los jóvenes pupilos de un Clemente que, en contra de lo que se lleva, nunca ordenó a sus hombres que se fueran hacia atrás, y en ningún momento renunciaron al ataque con esos Ires hombres puntas, Dani, Sarabia y Argote que complicaron mucho las cosas a la defensa azulgrana. No hay que olvidar que después de los azulgrana, el Athlétic es el equipo que más goles ha conseguido, 58. La juventud del equipo le hace gozar de una sensacional preparación física. Esto les permitió vaciarse en el campo y superar la adversidad con que se encontraron. Habría que decir que el ambiente fue como un revulsivo para los rojiblancos, que se crecieron y se superaron a sí mismos. Jugaron más y, mejor que su rival.
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