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"Casi no me miro al espejo porque sé lo guapo que soy", afirma el actor Tony Curtis

El actor norteamericano Tony Curtis llegó ayer a Madrid para participar en el rodaje de la película Othelo, el general moro. Junta a él, que hará de Yago, actuarán Max H. Boulois, como Otelo, y Joanna Pettet, como Desdémona, además de Nadiuska y Ramiro Oliveros. El guión, obra del director Max H. Boulois, toma el argumento shakespeariano y lo traspasa a un país africano envuelto en todos los conflictos de la modernidad centroafricana o centroamericana.

Es una historia de amor, en medio de la guerra, entre un general mercenario, Otelo Bikila, y la enfermera de la Cruz Roja, Internacional, Desdémona Sullivan, mezclados con el lugarteniente Yago (Tony Curtis), que siembra la discordia entre el amor de aquéllos y es el responsable de la tragedia final.Tony Curtis fue ayer el protagonista de la conferencia de Prensa convocada en un hotel madrileño.

Vestido al más puro estilo tejano, con sombrero a lo JR, pañuelo de seda negra al cuello, una camisa blanca, negra chaqueta de terciopelo, ajustados vaqueros y picudas botas con un tímido tacón curvado, Tony Curtis quiso dar la imagen de quien está creciendo. Sus travesuras hicieron perder los nervios a algún técnico de televisión y arrollaron al locutor, que se perdió en el chocamanos de las tablas del actor.

Nacido Bernard Schwartz en el Bronx de Nueva York hace 57 años, hijo de emigrantes húngaros, poco le queda a Tony Curtis de su aspecto zíngaro, que tanto le ayudó en Norteamérica a diferenciarse en su larga carrera cinematográfica, que comprende un centenar de títulos. Bromea sobre su edad y aspecto físico, de maduro bien conservado. "No existe el joven o el viejo. El tiempo es el momento concreto: estar contento, vivir, amar, venir a Madrid, una buena cena, el deporte de la vela. Eso es la vida". Y si se le pregunta por la impresión que le devuelve el espejo cuando ve su cara envejecida y su pelo encanecido y escaso, responde como un resorte. "Casi no me miro al espejo porque sé lo guapo que soy". Por eso todavía le miran las mujeres y el las mira a ellas cuando van por la calle. "En realidad, he venido a España a buscar mi cuarta mujer" explica sonriendo.

Los celosos del mundo

Algún día se convertirá en persona mayor. "Cuando sea más joven", dijo. Comentando un reportaje reciente en el que le tachan de alcohólico y dominado por las drogas, pregunta si acaso tiene aspecto de drogadicto. Y dice que esas historias las cuentan los celosos, los Yago del mundo. Corte de mangas para ellos, con gesto expresivo que cree no será necesario traducir. Tony Curtis no bebe más que cerveza.El último año no ha rodado ninguna película y es, acaso, el comienzo de un declive. Alguien le pregunta por sus mujeres: "He dejado de rodar durante un año sólo para terminar los trámites de mi divorcio"; y por su dinero: "Algunos negocios en tierras y otros sin detallar. No tienen ustedes que preocuparse por mí". Tan cierto como que, en su papel de coleccionista de arte, ha ido acumulando, desde que compró el primer cuadro a los 24 años, 124 obras, entre óleos, dibujos y grabados, con siete Picasso y varios Braque, Miró, Dalí y Kandinsky.

El rodaje se realizará durante tres semanas en España, y más tarde en Las Antillas y en Nueva York, con un presupuesto de 300 millones de pesetas, de los cuales treinta son para Tony Curtis.

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