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Antognoni juega hoy contra el portero que le lesionó de gravedad

Luis Gómez

Hace una semana terminaron para Giancarlo Antognoni, el capitán de la Fiorentina y de la selección italiana, los 119 días de calvario. El 21 de marzo pasado volvió a recuperar su puesto y enfundarse la maglia con el dorsal número 10. El hecho fue un acontecimiento dentro del fútbol italiano, en un encuentro de escasa atracción, el Fiorentina-Cesena. Y hoy, en su segundo partido, su misión será la de batir al portero que le lesionó.

Antognoni, cuyo corazón dejó de latir durante veinticinco segundos en un terreno de juego, al sufrir un fuerte choque con el guardameta del Génova, Martina, que le produjo una doble fractura del hueso parietal de la cabeza, se encontrará con él hoy. Se juega la vuelta del Fiorentina-Génova, con Martina y Antognoni de nuevo frente a frente. Existe un cierto morbo, pero Antognoni confiesa que "el domingo seré feliz estrechando la mano de Martina".La Fiorentina, a pesar de la baja de su jugador más destacado, lucha por el scudetto -el título de liga-, en pugna destacada con la Juventus, que ocupa la primera posición, con 35 puntos. La Fiore tiene uno menos. Detrás, y a cierta distancia, cinco puntos, marcha el Inter. De Sisti, el entrenador, afirma su convicción de que Antognoni ha regresado en el momento oportuno para reforzar al equipo de cara a la consecución final de] título. Hoy, domingo, en campo del Génova, es necesaria la victoria.

El 5 de enero, Antognioni comenzó a entrenarse en solitario. Un mes después, pudo hacerlo con sus compañeros. Llegó el 16 de marzo y los médicos solicitaron del club un plazo de 48 horas para decidir si Antognoni podía volver a los campos de juego. No se llegó a cumplir. Al día siguiente, la Fiorentina comunicaba oficialmente que Antognoni estaba listo para alinearse, lo que hizo el domingo 21, frente al Cesena.

La expectación fue grande en los días anteriores al encuentro. Cabía la posibilidad de la reaparición de Antognoni, pero la decisión estaba en la mente del técnico De Sisti, y éste no confirmaba nada. El mismo sábado, Antognoni entrenó con normalidad. En un momento, De Sisti le llamó y le cogió del brazo. "Antognó", le dijo, "¿eres capaz de volver a jugar?". "No esperaba otra cosa", contestó el jugador.El domingo, Antognoni jugó contra el Cesena.

"Era una sensación agradable", dijo Antognoni, "pero contribuyó a aumentar mi tensión nerviosa. En los vestuarios hice todo lo posible para no pensar. No me podía echar atrás. Tenía que olvidar el accidente, el hospital, la larga espera. Luego, en el encuentro, ya me olvidé".

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