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Tensa calma en la inauguración del VI Congreso del PSUC

En un clima de tensa calma se inauguró ayer en el hotel Princesa Sofía, de Barcelona, el sexto congreso extraordinario del PSUC, cuyas sesiones se prolongarán durante todo el fin de semana. Ante la ausencia de divergencias políticas expresas -una vez recuperado con anterioridad el término eurocomunismo y el proyecto de revolución de la mayoría- la conflictividad congresual viene centrándose en la composición de la futura dirección del partido. Desde la última etapa precongresual viene perfilándose con claridad una mayoría favorable a los sectores eurocomunistas y ex banderas blancas en los órganos de dirección.Santiago Carrillo estuvo ayer presente en la Mesa del congreso desde el inicio de la jornada y manifestó su convencimiento de que la futura dirección del PSUC será unitaria. Dolores Ibárruri y Nicolás Sartorius forman parte, asimismo, de la representación del PCE en el congreso.

Carrillo señaló, mediante unas declaraciones a la prensa, que "el sexto congreso del PSUC dará un paso fundamental hacia la recuperación política del partido". Tras valorar como "muy positiva" la gestión de Francesc Frutos como secretario general del PSUC, el dirigente del PCE atribuyó la recuperación eurocomunista del PSUC, tanto a la labor de su comité central como "al trabajo de Antoni Gutiérrez". Dichas afirmaciones legitimaron, en la práctica, las actividades personales que Gutiérrez ha venido desarrollando desde su propio despacho durante los últimos quince meses, tras ser derrotado en el quinto congreso de los comunistas catalanes, y eludieron calificativos para las actividades irregulares del sector eurocomunista, afirmando que "las costilladas son ya historia".

Gregorio López Raimundo, probable presidente

Mientras el regreso de Gregorio López Raimundo a la presidencia del PSUC parece un hecho aceptado por todos los sectores presentes en el congreso, es todavía una incógnita la permanencia de Francesc Frutos en el cargo de secretario general o su sustitución por Antoni Gutiérrez. Este cuenta, sin duda, con una gran fuerza entre los delegados. No existe un pacto previo sobre esta cuestión entre la ejecutiva saliente, de composición leninista -cuyos miembros accedieron a la dirección del partido en el último congreso con el apoyo del sector prosoviético- y el grupo eurocomunista, mayoritario en el PSUC tras la expulsión de aquel sector. Por ello, la única incógnita real de este congreso es el grado de presencia de los leninistas en los futuros órganos de dirección.Gran parte de los componentes de este último grupo se han mostrado ya contrarios a su participación en la nueva ejecutiva en el caso de no prosperar la propuesta de composición del futuro comité central, elaborada por la dirección saliente. Dicha propuesta contiene alrededor de cien nombres, entre los que figuran, además de la mayor parte del actual comité central, dirigentes obreros no expresamente identificados con los sectores en liza. Aunque la citada lista está elaborada con criterios unitarios y dejaría en una correlación de fuerzas equilibrada a la izquierda y la derecha del PSUC, diferentes fuentes consultadas consideraron ayer muy improbable su aceptación por el sector eurocomunista más radical.

Las trece delegaciones territoriales que componen el congreso se hallaban discutiendo el extenso informe presentado al plenario por Francesc Frutos en nombre del comité central a la hora de redactar esta información. Frutos mencionó la situación interna del PSUC como "la más grave escisión habida en el partido". Reivindicó, no obstante, como patrimonio de todo el PSUC, el resultado del quinto congreso, y lamentó el período de excepcionalidad abierto tras su clausura. "Asumimos autocríticamente", señaló, "la tendencia de justificar un trabajo irregular, como consecuencia de lo que había sucedido antes del quinto congreso". Sus últimas frases eran una velada crítica a las tareas irregulares de eurocomunistas y prosoviéticos.

Fuentes vinculadas a los dirigentes escindidos del PSUC manifestaron ayer a este diario su disconformidad con el informe de Francesc Frutos, en el que "sorprendentemente", señalaron, "se habla de escisión, cuando más de la mitad del partido no participa ya en este congreso".

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