_
_
_
_

Las autoridades francesas insisten en que el franco no será devaluado

Los responsables franceses despliegan todas sus posibilidades de lucha para atenuar la especulación contra el franco, y afirman que no será devaluado. La tempestad brutal que se desencadenó hace tres días contra la divisa gala se mantuvo hasta ayer a la hora del cierre de los mercados de cambios, que tampoco están seguros de que, durante el fin de semana, se proceda a un cambio de paridad. Las principales bancas centrales europeas se han manifestado solidarias del franco, disminuyendo las tasas del dinero, mientras la banca de Francia operaba en sentido contrario. Pero el futuro de la moneda francesa, incluida la posibilidad de la devaluación, solo se percibirá con cierta claridad una vez conocidos los resultados de las elecciones cantonales, el lunes próximo.

El ministro de Finanzas, Jacques Delors, es contundente: "no habrá devaluación, porque no se reunen las condiciones objetivas que la forzarían". Esto quiere decir, en la boca del ministro, que los precios (un 1% de aumento el pasado mes de febrero, la balanza comercial (58.000 millones de déficit el año pasado contra los 100.000 millones que se calculan para este año), la balanza de pagos (40.000 millones de déficit en 1981 y un ligero progreso este año), el desequilibrio presupuestario (se calcularon 95 millones de francos para 1981 y se estima que podrá llegar a 140.000 millones), sin ser un muestrario ejemplar, tampoco es catastrófico, ni mucho menos, en opinión de Delors.Esto nadie lo pone en duda, pero los medios financieros internacionales, por razones técnicas, como políticas, mantienen su desconfianza y los consecuentes ataques contra la divisa francesa. Es cierto, piensan esos medios, que una cierta reducción de la inflación se ha manifestado los últimos meses, pero los principales países europeos, y la República Federal Alemana (RFA) sobre todo, con una inflación cinco veces inferior a la francesa, consiguen resultados superiores. Otro tanto ocurre con los equilibrios exteriores, sin contar con un rumor reciente, según el cual el desequilibrio presupuestario francés del año próximo sería de 200.000 millones de francos.

El caso alemán, punto de referencia

Todo ello se valora en detrimento de la competitividad francesa. El caso alemán sirve de punto de referencia específico: al mismo tiempo que la inflación disminuye en la RFA, los sindicatos acaban de admitir una reducción de los salarios. En Francia, por el contrario, se les garantiza a los obreros el poder adquisitivo para 1982, y las empresas se quejan de las nueva cargas fiscales y de la disminución del tiempo de trabajo (las 39 horas se pagan como si se hubiera trabajado cuarenta). Esta divergencia entre las dos economías repercute en la credibilidad de las monedas que, a su vez, se refleja en el Sistema Monetario Europeo (SME), haciendo divergentes las paridades de las divisas que lo integran, y forzando el reajuste necesario para que ninguna salga de la serpiente, es decir, que no exceda el 2,5% de fluctuación por encima o por debajo de su paridad oficial.

Nunca se devalúa "en caliente"

Además de esas razones económicas, otros factores explicarían la borrasca contra el franco. El discurso del presidente, François Mitterrand, en la Knesset de Israel, con motivo de su reciente viaje a este último país, parece ser que ha indispuesto a algunos emires árabes que, para castigar la política del presidente en el Oriente Medio (reconocimiento del Estado palestino y de la existencia de Israel) han retirado sus haberes depositados en Francia.En estas condiciones, ¿cuál puede ser el futuro de la divisa francesa? Si algunos estimaban ayer, en París, que el franco podía ser devaluado durante este fin de semana, una mayoría de expertos financieros excluye esa eventualidad, por dos razones: porque nunca se suele devaluar "en caliente", y porque políticamente podría ser catastrófico para el Gobierno un reajuste de su moneda en vísperas de la segunda vuelta de las elecciones cantonales. A medio plazo, la opinión es casi unánime: Francia tendrá que devaluar, o dejar flotar su moneda, lo que repercutiría negativamente en su influencia política global. Paralelamente, tras la primera devaluación del franco en el otoño, la reciente del franco belga, y la inestabilidad actual de la divisa gala, quien queda en entredicho es la eficacia del SME. Cuando fue creado, hace tres años, sus inspiradores, franceses y alemanes, lo fundaron en la posibilidad necesaria de concertar las políticas económicas y monetarias de los países integrantes de ese sistema. Actualmente lo que ocurre es lo contrario, sobre todo al observar las direcciones divergentes de las doctrinas económicas de París y de Bonn.

La lira, arrastrada por el franco

Por otra parte, la caída del franco francés, registrada ayer en los mercados europeos, arrastró consigo a la lira italiana, según informa Efe. En el mercado romano, la lira alcanzó un nuevo mínimo histórico respecto al dólar norteamericano (1.312 liras por dólar frente al cierre del día anterior que fue de 1.292,50 por dólar y al de primero de enero de este año que se situó en 1.193 liras por dólar).La divisa italiana retrocedió también respecto al marco alemán y al franco suizo, situándose entre las monedas mas débiles del Sistema Monetario Europeo. Medios financieros italianos atribuyen la caída de la lira a su vinculación, durante las últimas semanas, al franco francés, moneda que sufre con especial intensidad los efectos de la política monetaria norteamericana. Fuentes próximas al banco nacional italiano señalaron, no obstante, que la situación "está bajo control" e insistieron en que no debe cundir la alarma.

En el mercado de Tokio, el dólar alcanzó ayer su cotización más alta frente al yen en lo que va de año y cerró la sesión del viernes a 243,60 yenes por dólar frente a los 241,05 del jueves. Esta subida fue consecuencia, según Efe, de la masiva compra de dólares por parte de los bancos asiáticos y japoneses, compra que desbarató los intentos del Banco de Japón para evitar la caída del yen.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_