Ayuda a Irigoyen
Las cosas tienen su límite, y Ias lamentaciones por Irigoyen deben tenerlo, en lo que siento disentir de Umbral, Ullán y otros amigos.Como testigo y actor, la historia es la siguiente. En el concurso de ayudas literarias que el ministro De la Cierva reglamentó y lanzó a nuestros mares o charcas literarias le fue concedida una a Irigoyen. Los receptores de la primera mitad de la beca o ayuda deben, al cabo de un año, presentar su obra o, al menos, muestra de ella.
En la reunión que se celebró al cabo del año de la concesión todos pudimos ver que lo que Irigoyen habría presentado eran unos tres folios, descuidadamente escritos a máquina, y en los que el tanto por ciento de palabras malsonantes era muy superior al normal. Ante esta insuficiente muestra de su talento, todos los presentes, de acuerdo, decidimos considerar que, dado el monto que los autores suelen cobrar por sus libros, los tres folios estaban suficientemente ayudados y no necesitaban el complemento de la segunda parte de la beca.
Como miembro que fui de la comisión, me interesa hacer constar estos hechos. Un abrazo de tu amigo./
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