El contraespionaje británico tiene datos sobre 56 millones de personas
El servicio central de contraespionje del Ministerio de Defensa británico (MI-5) dispone desde hace cuatro años de un ordenador que le permite almacenar expedientes individuales sobre los 56 millones de ciudadanos británicos, según revelaron conjuntamente ayer el semanario político The New Statesman y la revista especializada Combuting. De acuerdo con estas informaciones, el MI-5 tiene además acceso directo a los archivos de otros centros gubernamentales.El ordenador, fabricado por la empresa británica ICL, fue instalado en un edificio gubernamental en el barrio londinense de Mayfair. Un portavoz del Ministerio de Defensa declaró a EL PAÍS reconocer la existencia de este ordenador "utilizado en el campo de la inteligencia", por lo cual declinó añadir comentario alguno. El coste de estas instalaciones rondaría los 6.000 millones de pesetas, disfrazados en los presupuestos.
Con una capacidad similar a una biblioteca de 50.000 volúmenes, los datos están clasificados según el nombre y número de afiliación a la Seguridad Social de los ciudadanos británicos, en un país donde no existe el carné de identidad.
La carta que regula las actividades del MI-5 data de 1949 y ha sido ya publicada en parte. The New Statesman señala que sus aspectos más conflictivos sobre los archivos de esta organización no llegaron nunca al público, habiendo recibido el MI-5 directrices del primer ministro para organizar con la mayor amplitud esta recolección de datos. Así, el MI-5 tiene acceso a los bancos de datos personales de la Seguridad Social, del Ministerio de Hacienda y de la policía, y trata ahora de enlazar electrónicamente esos sistemas.
Libro blanco
Estas revelaciones coinciden con los esfuerzos del diputado laborista Michael Meacher para promover un nuevo proyecto de ley sobre protección de datos. Por una suma modesta, agencias privadas de investigación lograron recientemente, de fuentes oficiales, datos personales sobre este diputado. El Gobierno ha prometido para la primavera un libro blanco sobre protección de datos privados.Pero para Duncan Campbell, autor del reportaje en The New Statesman, el borrador de este libro blanco deja al margen los problemas más acuciantes sobre el mantenimiento en poder del MI-5 de expedientes sobre las actividades y opiniones políticas de ciudadanos británicos y sobre la integración de todas las informaciones en ordenadores gubernamentales.
A otra escala de esta manía persecutoria, los caudillos (whips) de los partidos conservador y laborista en la Cámara de los Comunes han pedido a cien de sus respectivos diputados que investiguen detalles confidenciales sobre la vida de algunos de sus ayudantes y secretarias. Muchos de estos ayudantes son extranjeros que no reciben ninguna paga en esta labor temporal, y que podrían pasar informaciones a sus respectivos Gobiernos o a otras organizaciones. La libre circulación de estos ayudantes y secretarias por las dependencias parlamentarias preocupa a los servicios de seguridad.
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