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PRENSA

210 empleados de 'The Times' se niegan a aceptar el despido

Andrés Ortega

El futuro de The Times y de Sunday Times sigue en entredicho. Los representantes sindicales recomendaron ayer a 210 empleados de la sección de administración y secretaría que ignorasen las cartas de despido que el propietario de estas publicaciones, Rupert Murdoch, había comenzado a enviarles tras la ruptura de las negociaciones en la noche del lunes.

Con este gesto, Murdoch, que exige el inmediato despido de seiscientos empleados de Times Newspapers, ha obrado con aparente habilidad, dando muestras de que quería salvar a los periódicos, pero atacando al frente sindical en su eslabón más débil y poniendo así en el campo opuesto la pelota del cierre. Habiendo de hecho, pero no de palabra, retirado el ultimátum de un cierre inmediato, Murdoch ha ganado tiempo. Las partes implicadas estuvieron ayer reunidas por separado, debatiendo su estrategia.Los doscientos primeros despidos forzosos recaen en el sector administrativo de la empresa, el cual, en opinión de la dirección, cuenta con una excesiva mano de obra. Los representantes sindicales, en principio, no han aceptado estas medidas impuestas sobre sus cabezas, sugiriendo a sus afiliados que devolvieran las cartas sin abrirlas. Los sindicatos saben, sin embargo, que una huelga llevaría al cierre de las publicaciones, y al despido de los 2.600 empleados.

Murdoch ha atacado así al sector más débil de este complejo mundo sindical, pidiendo a los demás trabajadores que acudieran ayer a trabajar con normalidad, recomendación que fue acatada. El magnate australiano de la Prensa ha relegado así para más adelante las negociaciones sobre la reducción en una treintena del número de periodistas y para el recorte drástico del número de empleados en los talleres y las linotipias, que forman el grupo sindical más poderoso.

Cualquier negociación global sobre el futuro de la empresa implica a siete sindicatos y a 54 distintas unidades sindicales organizadas en lo que se llama capillas. Son, sin embargo, tres los grupos sindicales más importantes, y entre ellos la National Graphical Association (NGA) parece crucial.

El poder de la NGA se remonta a siglos atrás y ha perdurado a lo largo de los años, siendo el sindicato más reacio a la modernización de la tecnología de la Prensa en Londres.

Con la sindicación obligatoria y la dificultad de despedir a los miembros de esta asociación, la NGA será la piedra de toque de Murdoch. Los intereses creados son poderosos y es interesante señalar que un buen linotipista en Londres, trabajando únicamente cuatro días por semana, viene a cobrar más de cuatro millones de pesetas anuales, sueldo que le sitúa entre el 2% mejor pagado de la población británica. El ceder ante Murdoch debilitaría su posición ante otras empresas de Fleet street.

Nadie duda de que Murdoch intentará hacer todo lo posible para lograr sus fines y reducir las pérdidas de Times Newspapers, que se calcula ascenderán este año a 2.800 millones de pesetas. Esta es la tercera amenaza de cierre que Murdoch ha lanzado desde que adquiriera estos periódicos hace justo un año.

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