Casi 150.000 personas, abordadas por las fuerzas de seguridad polacas en el curso de una vasta operación de control
Las autoridades polacas anunciaron ayer los resultados de una operación policial a gran escala, desarrollada en todo el país durante los pasados martes y miércoles, y en la que fueron detenidas, por distintos motivos, 3.500 personas, mientras que otras muchas eran multadas o amonestadas por infringir las regulaciones del estado de guerra, vigente en el país desde hace más de dos meses. Ciento cuarenta y cinco mil personas en total fueron abordadas por las fuerzas de seguridad en el transcurso de la redada, dirigida según las autoridades contra los delincuentes comunes.
Un miembro de la Milicia polaca fue herido gravemente ayer en Varsovia por dos desconocidos que dispararon contra él a quemarropa cuando viajaba en un tranvía. El miliciano, que sufrió una herida en el vientre, fue sometido a una intervención quirúrgica y su estado se considera muy grave. Según informó la televisión polaca, la agresión fue perpetrada por dos jóvenes que consiguieron fugarse velozmente tras el atentado.Denominada operación calma (spokoj), la acción policial se desarrolló ininterrumpidamente durante 48 horas, a cargo de la milicia (policía) y de las fuerzas voluntarias de reserva (Ormo), una organización paramilitar que tiene 370.000 miembros. Los efectivos policiales, que la nota, oficial cifraba vagamente en decenas de miles, peinaron prácticamente el país, con especial atención hacia los medios de transporte, las estaciones de trenes y autobuses, puertos y aeropuertos y los locales comerciales y almacenes.
De acuerdo con los datos oficiales, más de 60.000 automóviles fueron registrados en esas 48 horas, así como más de 50.000 tiendas y almacenes. La magnitud de la operación fue tal que, siempre según cifras oficiales, 145.000 personas se vieron abordadas por la policía ante presuntas infracciones de la ley marcial.
Casi 100.000 de estas personas fueron identificadas por la policía y, tras ser advertidas, quedaron en libertad. A otras 30.000 se les recordó sus deberes en época de estado de guerra, y 7.000 fueron multadas con diversas cantidades hasta un importe total de 2.300.000 zlotys. En un caso concreto del que tuvo noticia EL PAIS, a una persona que fue detenida a la puerta de su casa por no llevar consigo la documentación se la trasladó a la comisaría y se la multó con 5.500 zlotys (unas 7.000 pesetas al cambio oficial, pero en la práctica casi un salarlo medio mensual).
Varios millares de personas pasaron a tribunales de faltas y 3.500 quedaron detenidas. Entre estas últimas había 119 sobre las que existían órdenes de busca y captura. Los motivos de las detenciones no se especificaron, y aunque figuran delincuentes comunes entre los arrestados, no se sabe en qué proporción ni hasta qué punto las violaciones de la normativa del estado de guerra incluyen delitos de carácter político.
La operación calma, de la que se ha dado escasa noticia en los medios de comunicación polacos, se presenta, en cualquier caso, como una acción contra los delincuentes comunes. El portavoz adjunto del Consejo de Salvación Nacional, Bogdan Jachacz, declaró ayer a este periódico que la cifra de 3.500 detenidos le parecía modesta, y que la criminalidad que se trata de combatir con este tipo de operaciones policiales existía ya antes de la intervención militar del pasado 13 de diciembre.
En círculos de la oposición al régimen del general Jaruzelski se comentaba que la operación calma es una forma más de presionar sobre la población, como lo fueron los desfiles de vehículos militares la semana pasada en Varsovia o el endurecimiento de las normas del estado de guerra decretado en Poznan y otras ciudades.
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