Fallece el líder histórico del sindicalismo nacionalista vasco
Manu Robles Aranguiz, presidente desde 1933 del sindicato nacionalista vasco ELA-STV, falleció ayer, a los 88 años de edad, en el País Vasco francés. Su muerte supone la desaparición de una figura clave del nacionalismo vasco de los últimos cincuenta años, durante los cuales simbolizó la legitimidad de la herencia de la antigua Solidaridad de Obreros Vascos (SOV), sindicato fundado en 1911 por un grupo de sacerdotes nacionalistas con el fin de llevar al movimiento obrero vasco lo que por entonces se llamaba "doctrina social de la Iglesia".
Robles Aranguiz, elegido presidente del sindicato en el segundo congreso confederal, celebrado en Vitoria hace 48 años, ya estaba al frente de STV cuando en 1943 el sindicalismo nacionalista, radicalizado durante los primeros años treinta, se sumó al movimiento huelguístico e insurreccional desencadenado en octubre de dicho año en Asturias, reflejando así la evolución interna experimentada a lo largo de sus primeros veintitrés años de historia.
Desde su exilio en Francia y en Venezuela, Robles Aranguiz continuó siendo la cabeza visible y el enlace con el pasado de ELA-STV, que siguió actuando en la clandestinidad. Tras la legalización de las organizaciones sindicales, su influencia personal fue decisiva a la hora de transmitir la legitimidad de las siglas -e, indirectamente, el reconocimiento por parte del PNV- a una de las dos principales ramas resultantes de las numerosas escisiones producidas durante los años setenta en el seno del sindicalismo nacionalista.
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