Acuerdo sobre el reglamento del Congreso

Los grupos parlamentarios han adoptado un acuerdo sobre el nuevo texto de reglamento definitivo del Congreso de los Diputados, que suscribirán en los próximos días, antes de su inmediato debate en el Pleno de la Cámara, en donde será necesario que centristas y socialistas voten conjuntamente la totalidad del proyecto. La constitución de grupos parlamentarios requerirá, entre otras condiciones, un mínimo de quince diputados. La clave del acuerdo reside en que su vigencia se aplazará hasta la. próxima legislatura.Según las fuentes parlamentarias consultadas por EL PAÍS, en el polémico reglamento del Congreso -estancado a causa del conflictivo tema de los grupos-ha prosperado por el momento el criterio de su principal autor, el presidente de la Cámara, Landelino Lavilla. La tesis de Lavilla, -"aparquemos lo que nos separa, pero pongamos en funcionamiento el resto"- ha consistido en aplazar la vigencia del artículo sobre los grupos parlamentarios y distanciar así el problema.

Si prospera el acuerdo, para constituir grupo parlamentario en el Congreso será preciso que la fuerza política de que se trate cuente con un mínimo de quince diputados que además signifiquen, al menos, el 20 % del total elegido en las circunscripciones a las que se hubiera presentado en las elecciones. La aplicación inmediata de este texto dejaría sin grupo a los andalucistas, Coalición Democrática, Partido Nacionalista Vasco y Minoría Catalana. Pero este riesgo no existe, ya que el acuerdo incluye una disposición transitoria que congelaría durante la presente legislatura la actual configuración de la Cámara.

En cuanto a esta disposición transitoria, existe una divergencia entre UCD y PSOE. Los centristas proponen congelar los actuales grupos, "ni uno menos, pero ni uno más", mientras los socialistas son favorables a la creación de Acción Democrática, el grupo de nueve diputados escindídos de UCD y liderados por Francisco Fernández Ordóñez. Según la Constitución, la aprobación del reglamento habrá de ser culminada con una votación final sobre su totalidad, que requerirá la mayoría absoluta. Esta exigencia plantearía la dificultad de que el reglamento entrara en vigor si los socialistas vincularan su voto a la aceptación del grupo de Fernández Ordóñez, supuesto que en principio no se producirá.