Primer fracaso electoral de los socialistas franceses
La oposición conservadora-liberal francesa ha conseguido su primer éxito electoral tras la abrumadora victoria socialista del pasado verano. Los chiráquistas y los giscardianos vencieron en las cuatro elecciones legislativas parciales celebradas el domingo último. Este resultado no modifica la relación de fuerzas en la Asamblea Nacional, pero psicológicamente puede suponer un inicio de rehabilitación de la derecha. Los comunistas no presentaron candidatos y se sospecha que su electorado traicionó, al menos en parte, a los candidatos socialistas.
El Consejo Constitucional, organismo supremo que vigila la práctica legal de la Constitución, había anulado el resultado de cuatro elecciones legislativas celebradas el pasado mes de junio: dos, en París; una, en las cercanías de la capital, y la del distrito de Provins, en el sureste francés.Por ello se convocó de nuevo esta consulta. En los cuatro casos, los vencedores lo fueron por sólo algunas docenas de votos. Supuestos fallos técnicos decidieron al Consejo Constitucional a anular aquellos escrutinios.
En términos aritméticos, esta victoria de la oposición no conlleva efectos sensibles en el hemiciclo. Los socialistas continúan disponiendo de la mayoría absoluta con 284 escaños. Los comunistas tienen 44; los independientes, 10, y los chiraquistas y los giscardianos, cuyos grupos han ganado dos diputados cada uno, suman ahora 90 y 63, respectivamente
En el panorama político dominante en Francia desde que el mitterrandismo consiguió la victoria histórica de hace ocho meses, esta primera prueba real del electorado le devuelve una chispa vital a la oposición, que hasta la fecha se había manifestado incapaz de configurar una fuerza capaz ante la nueva mayoría. Por añadidura, estos resultados, que se producen en circunscripciones tradicionalmente moderadas, contradicen parcialmente la imagen espléndida que ofrecen lois sondeos de los dirigentes actuales al inicio de 1982.
Popularidad gubernamental
El presidente, François Mitterrand, y el primer ministro, Pierre Mauroy, obtienen cotas de popularidad más elevadas que sus antecesores a lo largo de toda la V República. Y a pesar de las profecías catastróficas anunciadas por la derecha tras la victoria de Mitterrand, la inflación del 14% en 1981 ha sido inferior a la prevista por el giscardismo, y el paro ha seguido su ritmo normal de crecimiento.Por otra parte, el triunfo del ex ministro de Justicia giscardiano Alain Peyrefitte (en junio perdió por 186 votos y ahora ganó por 6.381) se valora muy especialmente porque representa una cierta imagen del poder anterior.
Los comunistas, excepcionalmente, no presentaron candidatos por temor a que los resultados pudieran reflejar nuevas pérdidas electorales, como consecuencia de su participación en el Gobierno y de su actitud pro soviética ante el golpe de Varsovia.
En algunos casos también se ha comprobado que a los candidatos socialistas les faltaron los boletines comunistas. El ministro del Interior, Gaston Defferre, reconoció que "es un éxito de la oposición". El neogaullista Chirac estima que los franceses "han comprendido ya que el actual Gobierno no les soluciona sus problemas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.