La bandera
El domingo día 6 coloqué una bandera en mi balcón para celebrar el aniversario de nuestra Constitución.Confieso que tuve que vencer cierta resistencia interna, sobre todo después de haber tenido que soportar hace quince días el espectáculo de la utilización de este símbolo con fines no precisamente pacíficos.
Quizá justamente por eso, y para contribuir a recuperar algo que es de "todos los españoles", compré mí bandera y la coloqué a primera hora de la mañana. No lo hice la noche anterior porque durante la tarde del sábado pude contemplar la actuación de ciertos señores con los carteles de la Diputación (romperlos, escribir frases soeces, etcétera), y dado que mi balcón es bastante bajo, temí que no amaneciera sana.
Nada más colocarla, pude oír el comentario de unos jovencitos que pasaban: "De buena gana cogía la bandera y...". Durante todo el día la cosa fue bien; pero me olvidé de que este tipo de personas actúa con premeditación, alevosía y nocturnidad. Y así, cuando a las ocho de la tarde me asomé al balcón, la bandera había desaparecido.
No sé si habrán hecho con ella lo que pensaban, es decir, ultrajarla, y tambien me molestaría que una bandera que fue colgada como símbolo de paz y libertad se utilizara en alguna de sus caravanas; pero, en fin, ya no tiene remedio, y a lo que sí han contribuido es a vencer todas mis resistencias.
Compraré una nueva cada año, si es preciso, pero no volveré a renunciar a utilizarla, porque también es mi bandera. /
.