La crisis municipal por las expulsiones en el PCE quedará resuelta en enero

Hasta mediado el próximo mes de enero el gobierno municipal del Ayuntamiento madrileño no recobrará la normalidad, ahora alterada por la crisis de los concejales comunistas. Para esa fecha el PCE espera tener concluido el relevo de sus respresentantes, una vez materializada la expulsión de cinco de sus actuales concejales. El gobierno municipal, no obstante, y según todos los indicios, registrará una importante remodelación, que, por lo que a las responsabilidades de gestión se refiere, arrojará un saldo a favor de los socialistas, los cuales, si hubiera vacío de gobierno entre la salida de los expulsados y la llegada de los sustitutos, asumirían todas las áreas abandonadas por el PCE. En cualquier caso, la gestión urbanística pasará a manos socialistas.Con el año termina el plazo de que disponen los últimos expulsados del PCE para recurrir ante la Comisión de Garantías y Control Central, órgano que, previsiblemente, ratificará la expulsión, lo que deja manos libres a la dirección comunista para comunicar a la Junta Electoral Central, de manera oficial, las expulsiones y sustituciones.

Esta comunicación en lo que los comunistas llaman "un sólo acto administrativo" trata de evitar el vacío de gobierno que se produciría entre el cese de los expulsados y la llegada de los sustitutos. No obstante, desde que la Junta Electoral Provincial reciba la comunicación del partido sobre las expulsiones hasta que oficialice la designación de sustitutos propuestas por el PCE podría transcurrir el tiempo suficiente como para que se produjera el vacío de gobierno, que la permanencia en sus puestos de los concejales expulsados está evitando. Para evitar esto, el PCE intentará agilizar al máximo los trámites de la Junta Electoral.