El Madrid ya es como el Hércules
El Real Madrid, como entidad, siempre tuvo la obsesión de ser diferente. En la casa blanca siempre se quiso establecer una norma de actuación distinta. La frase que definía esa manera de ser la resumía un alto ejecutivo diciendo: "El Madrid no puede ser como el Hércules". Pero eso era antes. Ahora es como los demás. Si el espectáculo del fin de semana, con Cunningham como protagonista, lo hubiera dado el Atlético, por ejemplo, las risas se hubieran oído en Nueva Zelanda. El sábado, el Madrid fue todo un ejemplo del no sabe o no contesta.
Estábamos preparados para la reaparición de Cunningham. Había emoción en las masas por ver de nuevo al jamaicano. Le habían dado un alta provisional para que Boskov pudiera sentirse feliz de cara al encuentro del próximo domingo en el Camp Nou. Boskov se fue a la concentración y se puso a esperar a Cunningham. Como no llegaba llamó a la novia del chico. Niki sólo sabía que Laurie estaba en un nuevo reconocimiento médico. El gerente del Madrid, a media tarde, no tenía ni idea de lo que sucedía con Cunningham. No sabía nada o trataba de dar el esquinazo a la Prensa. Cuando por fin se supo qué sucedía con el extremo madridista, el bisturí ya había entrado en acción.Según el doctor López Quiles, hace quince días se tuvo la sospecha de que el menisco de Curmín gham requería una nueva intervención. Las primeras pruebas dieron signo negativo, pero posteriormente, por los síntomas, se pensó de nuevo en la necesidad de otra exploración. El sábado se confirmó que había necesidad de extirpar el menisco, y aprovechando que el jugador había sido anes tesiado fue operado.
El caso Cunningham es el más peculiar de cuantos ha tenido el Madrid. Hubo una época en la que Amancio estaba lesionado a díarío. Muñoz decía de él: "Con éste los médicos tienen una mina porque descubren enfermedades que no existían". Amancio, por suerte para el Madrid, los domingos estaba preparado para jugar. Los sustos duraban hasta el sábado. En Navacerrada se le pasaban todos los dolores.
En la casa blanca ahora tratan de esclarecer lo sucedido el pasado sábado. Ahora se insinúa que entre el cuerpo médico y el técnico no existe coordinación. A Boskov nunca le ha gustado López Quiles. Según el entrenador, el cirujano del club es muy competente en el quirófano, pero en la recuperación no está a la misma altura.
La reaparición de Cunningham no tenía otro objetivo que poner nervioso al Barcelona. El extremo madridista hizo precisamente en el Camp Nou el único gran partido que se le recuerda. Para el Barcelona Cunningham no será ninguna pesadilla, pero bastante tiene con la suya. Schuster no podrá jugar el partido del año. Hubiera sido demasiada felicidad para el Barcelona que en un partido clave no tuviera dificultades. Es el sino de la sociedad azulgrana. En la pasada campaña cuando iba embalado secuestraron a Quini.
El Sevilla, en cambio, ha recuperado a Pintinho. Con más dinero en el contrato y mayor manga ancha para sus aficiones nocturnas le marcó cuatro goles al Zaragoza. El fútbol, al fin, ha descubierto que las discotecas son el mejor campo de entrenamient
o.
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