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El Comité Central del PSUC confirma la expulsión de doce dirigentes

El Comité Central del PSUC acordó en la madrugada de ayer expulsar del partido a doce miembros del Comité Central, a los que la ejecutiva atribuyó la formación de un órgano de coordinación y dirección paralela. Entre los expulsados se encuentran Pere Ardiaca, ex presidente del PSUC; Josep Serradell, Juan Ramos y Juan Muñiz, pertenecientes, los dos últimos, al comité ejecutivo.

El Comité Central decidió asimismo separar del partido durante seis meses a otros catorce miembros del Comité Central, firmantes, junto con los expulsados, de un manifiesto presentado a la Prensa el pasado lunes, en el que llaman a los militantes del partido a rechazar las normas de convocatoria del congreso extraordinario. La dirección del PSUC acordó, por otra parte, suspender las actividades de los comités comarcales del Vallés occidental, del bajo Llobregat y del comité intercomarcal de Lérida.Todas las sanciones fueron propuestas por el comité ejecutivo del PSUC, quien, según manifestó Francesc Frutos, secretario general del partido, «acordó unánimemente las sanciones». El ejecutivo, de mayoría leninista, permaneció reunido durante toda la jornada del jueves para discutir el tema de las sanciones. La resolución contraria a las actividades fraccionales de los prosoviéticos fue unánime entre los miembros del ejecutivo, existiendo alguna disconformidad, en cambio, en cuanto a las sanciones a aplicar. El Comité Central aprobó la resolución política con veintiocho votos en contra, correspondientes todos ellos a los dirigentes de tendencia prosoviética. La propuesta de sanciones obtuvo más oposición, aprobándose con 32 votaciones en contra.

La tensa reunión del Comité Central del PSUC se prolongó durante once horas, disolviéndose la sesión a las siete de la mañana de ayer. Francesc Frutos ofreció a los dirigentes prosoviéticos la posibilidad de retirar las sanciones a cambio de que estos se retractaran de las declaraciones públicas efectuadas sobre el congreso extraordinario, aceptando las posiciones políticas del Comité Central y el centralismo democrático. La propuesta fue rechazada por los prosoviéticos, quienes, en todo momento, negaron haber protagonizado cualquier trabajo fraccional.

Frutos presentó finalmente como prueba documental la fotocopia de unos apuntes manuscritos de Josep Cónsola, miembro del comité comarcal de Bages, asistente a una reunión el pasado día 2 de noviembre. En esta reunión, según manifestó Frutos, se nombró un órgano de dirección paralelo con anterioridad a que el Comité Central aprobara las normas de convocatoria que los prosoviéticos dicen ahora rechazar.

La expulsión de los principales dirigentes de tendencia prosoviética hace prever a corto plazo una escisión en el PSUC, que podría extenderse de forma importante a las agrupaciones del cinturón industrial barcelonés. La tensión del PSUC es especialmente importante en estas dos comarcas industriales. En conjunto, el cinturón industrial barcelonés agrupa a cerca de la mitad del partido.

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