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Medio millón de pesetas puede costar domir una noche en París

Hasta ayer, en París, con 35.000 francos (550.000 pesetas), se podía comprar un coche más que utilitario o invitar a 350 amigos o enemigos a cenar, incluso con champán y, foie-gras si el anfitrión sabe por dónde se anda. Pero desde anoche, con esa misma cantidad, París ofrece una posibilidad más, única en el mundo: dormir una noche en el Nova Park, el hotel más suntuoso del planeta, ubicado justo al lado de La Casa del Caviar, lugar de cita cultural, vecino de la avenida de los Campos Elíseos, patrocinado, espiritualmente, por el ex ministro Ricardo de la Cierva.Lo dicho: dormir una noche en ese sitio cuesta entre 18.000 pesetas la habitación más barata y el medio millón largo la más cara. ¿Qué ocurre? Cosa de los tiempos, no de los de la crisis, sino de los petrodólares. El señor o señora, o ambos a la vez, que paguen el medio millón abundante gozará, entre otras minucias, de las siguientes: cama, servidumbre hasta para atarse los zapatos, piscina privada (en serio) sistema de seguridad supersofisticado, todos los aparatos electrónicos imaginables, télex, decoración de borrachera delirante, y tal, y cual.

En el nuevo negocio están metidos los árabes, los americanos, los europeos y los suramericanos. Nadie ha dicho que en el asunto se haya mezclado algún representante del socialismo-mitterrandismo de la cosecha 1981. Levantar este complejo de superlujo de las mil y una noches ha costado 5.000 millones de pesetas.

El presidente del grupo se llama René E. Hatt, que explica la médula del negocio en términos erótico-cartesianos: "Se trata de implantar en Francia una nueva filosofía hotelera. Tras la segunda guerra mundial, nos ha invadido el funcionalismo y se ha olvidado el aspecto irracional del hombre. Muy frecuentemente, el placer se ha postergado". Para remediar todas estas desgracias, el señor René ha inventado esta nueva asunción de cachondeo refinado, y ha empezado por, París, "porque París tiene su pozo de petróleo, que es el savoir vivre (saber vivir)".

En su opinión, los hoteles de la capital, llamados George V, Ritz, etcétera, son carcamales del pasado. Después de la instalación en París, estos nuevos sagrarios del placer del año 2000 más uno se extenderán por este mundo, simple como una patata y complejo como otra patata. El de Nueva York y el de El Cairo, ya presupuestados costarán 60 y 160 millones de dólares, respectivamente.

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