Solidaridad vecinal con los concejales comunistas expulsados del partido
El movimiento vecinal rindió el pasado domingo homenaje a los cinco concejales comunistas del Ayuntamiento de Madrid expulsados del PCE, cuya labor municipal fue refrendada por la presencia de unas 3.000 personas en el acto informativo sobre la gestión comunista en la Corporación. Eduardo Mangada, José Luis Martín Palacín, Cristina Almeida, Luis Larroque e Isabel Vilallonga recibieron el apoyo de una nutrida representación ciudadana en un acto, como se dijo al final del mismo, "convocado por las asociaciones de vecinos para sensibilizar a los comités comunistas para que se pronuncien en contra de la expulsión de estos concejales del PCE".
En un ambiente contenidamente mitinero, los cinco concejales hicieron balance de su gestión municipal, de la que destacaron el cambio que se está produciendo en la vida de la capital desde la llegada de la coalición de izquierda al gobierno de la Casa de la Villa. "Madrid está cambiando y no sólo por lo que se ha hecho, que podía haber sido más, sino, sobre todo, por lo que estamos impidiendo que se haga", dijo Mangada, para quien el gobierno municipal de izquierda debe ser, ante todo, "un instrumento de reivindicación ante todos los poderes", para continuar preguntándose cómo era posible proceder a su sustitución cuando "hemos aprendido y aún estamos aprendiendo para culminar un programa de izquierda, sin que el partido pierda credibilidad". No se pueden alterar las listas sin consultar a los votantes".La intervención de Julio Segura se centró sin ningún rodeo en el aspecto político de la reunión, denunciando que hace dos meses le hubiera pedido el partido que sustituyera en la concejalía a Alfredo Tejero, y ahora ya no fuera válido para el mismo cometido.
El dirigente de Comisiones Obreras Laureano Cuerdo se hizo con el auditorio en una intervención abiertamente mitinesca en la que no ocultó, incluso, sus diferencias políticas con los cinco concejales homenajeados, "pese a lo cual, por no estar de acuerdo con los métodos de la dirección del partido, me he negado a renunciar a ser concejal, cargo que, por otra parte, no deseaba por estar entregado a la militancia obrera".
El acto informativo se cerró con la intervención de Cristina Almeida, sin duda la más identificada con los presentes, de los que recibió en repetidas ocasiones la muestra de su solidaridad expresada en largos aplausos.
Cristina Almeida abundó en el balance de la gestión comunista en el Ayuntamiento e hizo hincapié en calificar el acto de informativo, "para que no se pueda decir que la solidaridad que aquí se está mostrando es una fracción dentro del partido".
Con fácil y sentida oratoria, Cristina Almeida reivindicó el mismo derecho a ser comunista que la actual dirección del PCE, elogió la solidaridad, defendió la honradez y concluyó exigiendo de Carrillo una pública rectificación a su reciente afirmación en el sentido de que los cinco expulsados se resistirían a abandonar sus cargos por las 300.000 pesetas que tendrían de sueldo. "Eso es una bajeza", dijo de las palabras de Carrillo, "y él sabe que no es verdad, pues los sueldos, que son mucho más bajos, en buena parte se entregan al partido".
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