Proposición de ley para la protección y conservación del monte de El Pardo y su entorno

Los grupos parlamentarios Comunista, Socialista y Mixto presentaron, el pasado 28 de octubre en el Congreso, una proposición de ley referida a la protección del monte de El Pardo y su entorno. La finalidad de esta proposición de ley es la constitución de un régimen jurídico que garantice la conservación de su fauna, flora, aguas y, en definitiva, del conjunto de ecosistemas del monte. Un plan director determinará los usos y actividades a que pueda destinarse el suelo, así como las medidas de protección más idóneas. Un patronato, cuya presidencia de honor se ofrecerá al Rey Juan Carlos, será el encargado de velar por la aplicación de la futura ley, caso de que ésta no sea desestimada o modificada en las Cortes.

MANZANOLa proposición de ley es el fruto inmediato de una larga serie de conversaciones y reuniones mantenidas entre enero y octubre de 1980 por varias organizaciones y personalidades interesadas en el tema, como son lcona, Patrimonio Nacional, Adelpha, Ayuntamiento de Madrid, Diputación Provincial, Aepden, grupos ecologistas, etcétera, entre otros. El presidente del grupo de trabajo fue Fernando González, y el secretario, el actual diputado del Grupo Mixto, Ramón Tamames. Desde octubre de 1980 hasta junio de este año se iniciaron conversaciones con UCD para que dicho partido se sumara también a la propuesta de ley, con resultados negativos, aunque por el momento sus promotores tienen la impresión de que el partido en el Gobierno tampoco adoptará una postura contraria a su aprobación.La proposición de ley define al monte de El Pardo como uno de los ecosistemas españoles mejor conservados, aunque en los últimos años han comenzado a notarse una serie de influencias negativas y amenazas de degradación (como el polígono de Valverde y la ciudad de Tres Cantos, aunque no figuren expresamente en el texto). Al contrario, el objetivo final de la ley es procurar la conservación del monte y su uso exclusivo para el recreo ciudadano, la investigación científica y la protección de especies en peligro de extinción.

El área que caería bajo el control del patronato abarca 56.000 hectáreas, y va desde la denominada Cuerda Larga, límite natural entre los valles del Manzanares y el Lozoya, hasta la Casa de Campo, incluyendo La Pedriza. Su zonificación es gradual. Al margen de la zona delimitada por el palacio de El Pardo, se contempla primero una zona de reserva integral, en la que únicamente se permitirían las actividades científicas relacionadas con la conservación y preservación de los ecosistemas biológicos en peligro de extinción.

Una segunda zona, denominada expresamente de investigación científica, albergaría sólo actividades sobre temas relacionados con los aspectos ecológicos, usos tradicionales de la tierra y desarrollo agrario del área protegida. La graduación siguiente permitiría ya su utilización con objetivos educativos y culturales, así como los paseos a pie por itinerarios previamente señalados. A partir de aquí se señalan zonas utilizables para usos recreativos, algunas con aparcamientos en sus lindes (y con prohibición expresa de sobrepasarlos en vehículos) y otras en las que se autorizaría la instalación de terrazas, bares y restaurantes.

En cualquier caso, en todo el área estarían prohibidas la construcción de viviendas, los asentamientos industriales, la extracción de áridos, la apertura de viales, los desvíos o canalización de las aguas, etcétera, siempre que no hayan sido expresamente permitidos por el patronato.

Este órgano ejecutivo estaría compuesto por diversos representantes de la Administración central, ayuntamientos, Diputación Provincial y entidades ecologistas, y su presidencia de honor será ofrecida al Rey Juan Carlos. El patronato presentará su relación de gastos e ingresos y fijará las subvenciones necesarias, que deberán ser financiadas por los organismo ministeriales y entidades locales.