Martín Villa, receloso a optar a la secretaría general de UCD

El presidente del Gobierno y de UCD, Leopoldo Calvo Sotelo, se entrevistó ayer en el Congreso con los ministros Rodolfo Martín Villa y Pío Cabanillas. En ambas entrevistas pudo tratarse sobre la próxima designación de secretario general del partido, puesto para el que Martín Villa podría ser candidato, aunque medios próximos al mismo afirmaron ayer que se ha retirado voluntariamente de la competición.

Coincidiendo con las informaciones de personas próximas a Martín Villa, uno de los seis ministros que habitualmente se reúnen con Calvo Sotelo, manifestó ayer que el actual ministro de Administración Territorial no estaría interesado en ocuparse de la secretaría, por lo que habría que decidir entre Jaime Lamo e Iñigo Cavero. Este, por su parte, declaró ayer a Europa Press que no ha recibido ofrecimiento alguno.Por su parte, Jesús Sancho Rof, uno de los dirigentes centristas más próximo a Martín Villa, desmintió ayer tajantemente a Efe las acusaciones vertidas contra este grupo en el sentido de que intenta «chantajear o presionar para colocar a determinadas personas en la secretaría general de UCD». No obstante, dijo que, «evidentemente, Martín Villa sería un secretario general capaz de fortalecer el partido, conducirlo a las elecciones y hacer que las gane».

En todo caso, aseguró que «no hay ningún esquema de carácter personal, no existe una máquina de presión para colocar personas, sino un intento serio de hacer que UCD no se debilite y acuda como tal a las próximas elecciones». Asimismo, Sancho Rof dijo que «en UCD ha habido actuaciones de personas y grupos minoritarios que han tratado de crear un enfrentamiento artificial entre el partido y el Gobierno».

La creación de la plataforma moderada fue, para Sancho Rof, «un hecho desgraciado, que ha desembocado en tensiones muy peligrosas. En opinión del ministro, UCD tiene dos opciones: mantener su amplia base de militantes y presentarse como tal, «sin coaliciones, a las próximas elecciones, o dispersarse y volver al esquema de 1977, con una federación de partidos bisagritas. Creo que la mayoría optamos por lo primero; la plataforma moderada tiene también que definirse sobre qué tipo de solución desea».