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"Dios es grande".

Con estas palabras y blandiendo el Corán, el teniente Jaled Ahmed Shawki, acusado de ser el organizador del atentado que costó la vida al presidente egipcio Anuar el Sadat, compareció ayer, junto con los integrantes del comando terrorista, ante el tribunal militar de Gabal al Ahmar. Encerrados en una jaula de hierro, dividida por rejas en cuatro compartimientos, los acusados se mostraron serenos y entonaron varias estrofas de un cántico religioso, que decía: «Estamos al servicio de Dios, no pertenecemos a ningún partido, nos sacrificamos por nuestra religión para que recobre su esplendor, aunque se derrame la sangre».Página 6

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