El nuevo presidente de UCD se reserva el derecho a solicitar los apoyos necesarios para agotar la legislatura

La reafirmación de la ideología de Unión de Centro Democrático (UCD) como un partido de centro, diferenciado de la derecha y de la izquierda, el reconocimiento de las tendencias «sin otros límites que la unidad orgánica del partido», la necesidad de la renovación de UCD, «contando, para cumplir mi mandato de investidura, con los apoyos que estime necesarios y las colaboraciones personales precisas», el compromiso de no convocar elecciones generales anticipadas y el propósito de poner fin a las declaraciones de los miembros de UCD a la Prensa «que dañan la imagen del partido», fueron algunas de las tesis más importantes del discurso que el presidente Calvo Sotelo leyó ayer al consejo político.

Calvo Sotelo fue elegido presidente de UCD por 181 votos favorables, dos nulos, 44 papeletas en blanco, y ningún voto en contra.En el mencionado discurso, el nuevo presidente centrista reconoció que UCD se encuentra ante la situación más dificil desde su fundación, en 1977, que es imprescindible solucionar porque «de nuestro comportamiento como primer partido de la nación depende en buena parte la consolidación del sistema democrático».

Esta idea de la necesaria pacificación interna de UCD para contribuir al buen funcionamiento de la democracia fue reiterada en otros dos momentos del discurso: «La construcción de la democracia parlamentaria ha pasado y sigue pasando por UCD», dijo, y añadió: «Hemos de contribuir al fortalecimiento del sistema democrático, poniendo fin al riesgo de que nuestra desarmonía interna se perciba como defecto del sistema, como fragilidad del Estado mismo, o como corroboración de ese pesimismo histórico sobre la aptitud democrática de los españoles que hay detrás de las tentaciones autoritarias».

Tras insistir en la «lucidez y la generosidad» demostradas por Agustín Rodríguez Sahagún durante las conversaciones previas a su dimisión, Calvo Sotelo anunció que, aunque no era éste su deseo en el pasado Congreso de Palma., había accedido a unificar ambas presidencias la del partido y la del Gobierno, al haber constatado que la «disfunción que la bicefalia ha producido en los últimos meses no ha podido ser corregida por mecanismos de coordinación. por instancias de diálogo o por la buena voluntad de los titulares de las dos presidencias».

"Proyecto claro y nítido"

De cara al futuro, Calvo Sotelo señaló que la obligación de UCD hoy «es la de presentar un proyecto político claro, fiel a nuestros principios y a nuestros orígenes, nítidamente distinto de otros proyectos adyacentes».

«Me reafirmo», añadió, «en la vigencia de la fórmula de 1977, en la que me correspondió jugar un papel destacado, a la que Adolfo Suárez supo dar la cohesión, el empuje y el éxito, y, quisiera hacer. si obtengo vuestros votos, la función que hace el clavillo del abanico manteniendo unidas las diferentes varillas del partido, pero sin impedir el despliegue del conjunto. UCD no puede sacrificar sin empobrecerse ninguna de las aportaciones que contribuyeron a su fundación. En UCD no sobran», concluyó, «sino aquellos que piensan que otros sobran».

«Por eso», prosiguió, «me propongo mejorar y fortalecer la organización que hoy tenemos y promover la integración del partido en el equilibrio de sus tendencias. No hagáis caso de quienes os hablan de cambio de rumbo, de golpes de timón: si me dais vuestro voto mantendré firme al partido en la fidelidad estricta a sus orígenes, a sus principios y a sus programas; y con la misma energía impediré que el necesario pluralismo interno se traduzca en pugnas por segmentos de poder o en descalificaciones recíprocas».

Agotar la legislatura

Asimismo, Calvo Sotelo manifestó su firme propósito de agotar ls legislatura en 1983.

No olvidó recordar que para cumplir las previsiones de su mandato de investidura «anticipo mi propósito de recabar para ello los apoyos que estime necesarios de contar con las colaboraciones personales precisas».

Finalmente, el presidente de UCD señaló que su primera tarea ha de consistir en remontar la pérdida de crédito que «hayamos podido sufrir por la pública demostración de insolidaridades de la que hemos hecho gala. Y con la que estoy dispuesto a terminar, seguro del apoyo de todos vosotros». Para ello, insistió en que «en UCD no sobra nadie, ni personas ni ideas. Pero sí sobran comportamientos: sobran improvisaciones y, ligerezas; sobra el prurito disgregador de quienes prefieren subrayar su perfil cantonal sobre la condición unitaria e integradora del partido; sobra la búsqueda de la condescendencia en nuestros competidores políticos, por la derecha o por la izquierda, como supuesta razón para legitimar las propias decisiones, sobra la indiscreción perpetrada a cambio de un efímero elogio periodístico, en daño del prestigio del partido»,

Según pudo saber EL PAIS, entre los votantes en blanco podrían encontrarse la mayor parte de los representantes de Ceuta, a los de la provincia de Avila y al pontevedrés Juan Figueroa, cuya presencia en el consejo político de ayer venía precedida de unas recientes declaraciones a La Voz de Galicia en las que aseguraba su intención de no votar favorablemente la candidatura única de Calvo Sotelo y de «integrarse en el partido que funde Adolfo Suarez».