Mejoran los heridos por la colisión de un ferrobús y un camión en Huesca

Veinticuatro de los 36 heridos en el accidente ferroviario que se produjo el lunes en Huesca permanecían ayer hospitalizados. Todos evolucionan favorablemente, incluidos los tres más graves (Angela Campo Pardo, Ramón Valenciano García y Marcela Ballestín). La impresión de los médicos que les atienden, tanto en la residencia sanitaria San Jorge como en la Clínica Provincial, es optimista; consideran que en principio están fuera de peligro las personas que sólo sufrieron daños al colisionar un camión y un ferrobús en un paso a nivel.A lo largo del día de ayer se fueron efectuando las diligencias -que costea Renfe- para el traslado de los restos de las once víctimas mortales del suceso a los lugares donde residían. Todos los fallecidos eran de distintos puntos de Aragón, salvo dos súbditos franceses, Winter Güeña Mas y Terry Salcet, naturales de Nevilles, que todavía no han sido reclamados por sus familias. El consulado de Francia en Sabiñánigo y la Embajada están realizando gestiones para localizar a sus parientes distribuyendo fotografías.

También ayer, el Juzgado de Primera Instancia de Huesca inició los trámites para el esclarecimiento de las causas del accidente, al tomar declaración a los heridos. El conductor del camión, que con una pesada carga en su automóvil, interceptó el paso del ferrobús siniestrado, fue puesto a disposición judicial. Este, Pedro Lucas Sanz, chófer por cuenta ajena, de 48 años de edad, casado, nacido en Zaragoza y domiciliado en Monzón (Huesca), relataba con enorme serenidad poco después del accidente que él vio venir el tren a unos seiscientos metros y creyó que le daba tiempo a pasar.

Unas horas más tarde, sin embargo, fue presa de un fuerte ataque de nervios, en la residencia San Jorge, donde se encontraba.