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Baloncesto

Real Madrid y Estudiantes no ofrecieron nada nuevo

Ahora resulta que un superdevaluado choque de eso que se llama eterna rivalidad sirve para "descubrir" a un muchachito que vino de las Américas, que se casó en Tafalla y que responde por el nombre de Wayne Brabender. Se ve que como en el Estudiantes todos son nuevos -o casi todos-, no sabían que este veterano, que no viejo, de 35 años es capaz de resolver un partido sin apenas despeinarse. Lo del domingo en el Pabellón ni fue derby ni fue nada. Juego hubo muy poco, y emoción, ninguna. En un principio el equipo de Lolo Sainz parecía empeñado en dársela porque, pese a la gran diferencia que hay entre una plantilla y otra, el técnico madridista se vio obligado a mantener a sus mejores hombres en la pista, y con todo a los trece minutos de juego el marcador señalaba un paupérrimo 32-22, que permitió a la clac estudiantil el gritar "El Cotonificio os da maleficio".Cierto que el Madrid no puso demasiado empeño en ensañarse con el rival, pero a estas alturas hay que dudar si fue porque no quiso o porque no pudo. Hasta a Delibasic le costó trabajo deshacerse de Segurola. Al final los dos equipos se "percataron sagazmente" de que les convenía defender en zona. Parece que para los técnicos era difícil descifrar que las individualidades del Estudiantes nunca podrán con las del Madrid, y que por otro lado al conjunto del Ramiro, desde que existe lo que hay que hacer es defenderlo en zonas. Una vez que los blancos adoptaron este tipo de defensa se volvió a evidenciar que el Estudiantes, además de ser equipo flojo, no juega ni con ideas ni con imaginación, y por si fuera poco tampoco tiene tiradores, que es lo menos que se le podía exigir.

Con este panorama de poco sirven los esfuerzos de McKoy bajo uno y otro aro, y nada resuelve un Escorial que intenta demostrar que el baloncesto, además de ser un juego, también tiene su poquito de ciencia y arte y que si el balón se coge con las manos conviene utilizar la cabeza. Y aquí, con todos los respetos, incluimos también al banquillo, que sigue sin saber exactamente qué mimbres son los que tiene.

Valladolid y Cotonificio pisan fuerte

Ya no se trata sólo de que el Real Madrid pierda en Badalona o de que el Barcelona arrolle. Ahora resulta que hay dos equipos, Valladolid y Cotonificio, que quieren que se cuente con ellos para todo y que ganan a domicilio hasta con facilidad. Mario Pesquera, el técnico vallisoletano, está dispuesto a demostrar que sabe hacer jugar a un equipo valiéndose tan sólo de un buen americano y unos jugadores de más o menos calidad, pero sin la etiqueta de figuras ni mucho menos. Por otro lado, ya no hay más remedio que creer en el Cotonificio de Aito García Reneses. Quizá en Granollers frente al Areslux quiso demostrar que no gana por el factor cancha.

Mientras el Madrid en el Pabellón dejó alguna muestra de por qué había perdido en Badalona, ya que hasta que no aventaja a su rival ampliamente en el marcador no desarrolla todo su juego, el Barcelona eclipsó al OAR. Los gallegos en cuatro jornadas ya se han enfrentado a los dos grandes. No se puede decir que el calendario les haya favorecido precisamente. Los azulgranas pasan sin ninguna dificultad del centenar de puntos y el domingo se dio el caso curioso de que los dos grandes hicieron el mismo tanteo. Más abultado el de los blancos, pero es que si la lógica no falla los de Figueroa terminarán en la tabla por delante de los del Ramiro, que hay que insistir en que tienen un panorama muy oscuro.

Resultados: Caja de Ronda, 63; Valladolid, 69. Barcelona, 113 OAR, 85. Areslux, 72; Cotonificio, 92. Joventut, 95; Canarias, 78 Náutico, 72; Manresa, 75. Real Madrid, 113; Estudiantes,78. Zaragoza, 108; La Salle, 70.

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