El PCE perderá poder en el gobierno municipal si expulsa a sus concejales en el Ayuntamiento de Madrid
Si el Partido Comunista de España (PCE) consuma su amenaza de expulsión del partido de cinco de los nueve concejales que tiene en el Ayuntamiento de Madrid, lo que, a su vez, motivaría el abandono solidario de otros dos, su presencia en la gestión municipal quedará muy recortada ya que los socialistas con los que integran el equipo de gobierno asumirían parte de las áreas de responsabilidad hoy en manos de los comunistas depurados por su partido. A medio día de ayer, por otra parte, no había sido presentada a la Junta Electoral Provincial comunicación alguna sobre la expulsión de ninguno de los concejales comunistas. Al mismo tiempo, en medios de la dirección provincial socialista, que conversaron con sus colegas comunistas en un intento de aliviar tensiones, existía ayer cierto fatalismo en cuanto a la permanencia en el Ayuntamiento de los actuales concejales comunistas.
La cualificación profesional de los posibles sucesores de los actuales concejales comunistas que podrían ser expulsados por su partido es, junto con el pesar que para la imagen del gobierno municipal de izquierda pueda suponer el baile de nombres que últimamente registra, la principal preocupación de socialistas y centristas en el Ayuntamiento madrileño. En ambos medios se piensa que el carácter selectivo con el que se suelen elaborar las listas electorales de los partidos hacen temer que los últimos nombres de estas no sean, precisamente, las personas mas idóneas profesionalmente para desempeñar responsabilidades políticas de gestión municipal.De otra parte, de consumarse la depuración de eurorrenovadores en las filas comunistas, los criterios de elección del comité provincial a la hora de designar a los nuevos concejales difícilmente se ajustarían a la exclusiva cualificación profesional de los mismos.
Sobre estos supuestos, el PSOE tiene ya prevista una remodelación en el reparto de responsabilidades municipales para la Corporación madrileña que supone, sin afectar al pacto de este partido con el PCE para el gobierno local de la izquierda en el ámbito estatal, una correcta adecuación del mismo al caso de Madrid atendiendo a la proporcionalidad de los votos obtenidos por ambos partidos.
Reparto de cargos
De acuerdo con el pacto estatal entre el PSOE y el PCE, el reparto de los cargos municipales se hizo a razón de tres para los socialistas por uno para los comunistas, siguiendo esta misma proporcionalidad en los votos obtenidos por cada uno de los dos partidos. Este sistema de reparto, en el caso de Madrid, donde se incluyó en la misma filosofía la Diputación Provincial, se alteró para tener en cuenta la personalidad de algunos de los candidatos electos del PCE, especialmente por lo que se refería a Ramón Tamames.De esta manera, después de la Diputación y la alcaldía, ambas en manos socialistas, el tercer cargo municipal en importancia, que también habría correspondido a un socialista, se le adjudicó a Ramón Tamames, como primer teniente de alcalde. Las mismas razones de profesionalidad y personalidad del comunista Eduardo Mangada, actual primer teniente de alcalde al suceder a Tamames tras el abandono de éste del PCE, como uno de los primeros urbanistas del país, justificó el que se le encomendara la responsabilidad urbanística del municipio.
En esta ocasión, y desaparecido primero Tamames y ahora, si se consuma su expulsión del partido, Eduardo Mangada, el PSOE está dispuesto a aplicar rigurosamente el pacto de proporcionalidad, lo que significará que la primera tenencia de alcaldía, como tercer cargo en importancia, corresponderá también a los socialistas.
La Gerencia Municipal de Urbanismo, como órgano ejecutivo de la política urbanística bajo la responsabilidad de Mangada, también está en la actualidad en manos del PCE, a través del eurorrenovador Carlos de La Guardia, firmante, por otra parte, de la convocatoria que ha desatado la crisis en el PCE.
La desaparición de Mangada y De La Guardia de la gestión municipal supondría la asunción de la gestión urbanística por los socialistas, uno de cuyos hombres, actualmente en la Gerencia, podría hacerse cargo de este órgano ejecutivo, aunque la responsabilidad política del urbanismo de la ciudad, por otra parte ya definida, permanezca bajo las siglas del PCE. De esta manera, argumentan medios socialistas, se acaba con el criterio de hacer coincidir bajo una misma ideología la responsabilidad política y la técnica de una misma área de gestión.
Otra importante delegación confiada al PCE es la de Circulación y Transportes, que gestiona José Luis Martín Palacín, conminado también a dimitir y amenazado de expulsión. Esta delegación, junto con la la Gerencia, Hacienda, Saneamiento y Medio Ambiente, Obras y Servicios Urbanos y Seguridad y Policía Municipal constituyen la columna vertebral del gobierno local.
La desaparición de Palacín, persona absolutamente identificada con el equipo de gobierno y cuya gestión es indiscutida en el Ayuntamiento e, incluso, en el mismo partido, donde su agrupación, la del Pozo del Tío Raimundo, reconoció ayer por unanimidad la identificación de la política de transportes de Madrid con la política comunista, justificaría la oportunidad para proceder a una reforma administrativa de esta delegación, que en parte se refundiría con la de Seguridad y Policía Municipal, hoy bajo la responsabilidad política de Barrionuevo, auténtico hombre fuerte del gobierno municipal de Madrid.
Esta reforma administrativa perseguiría la unificación de la planificación de la circulación viaria y la ejecución de la misma. La política de transportes permanecería con carácter autónomo en manos de los comunistas.
Asimismo, la deparición de Cristina Almeida del Ayuntamiento, donde hoy tiene la responsabilidad política de la Educación, sería aprovechada por el PSOE para refundir este delegación con la de Cultura, quedando ambas parcelas bajo el control del socialista Enrique del Moral. La delegación de Sanidad seguiría en manos de Juan Francisco Plá, comunista próximo a la dirección del PCE.
Por último, el actual teparto de las juntas municipales de distrito, puede ser también revisado en perjuicio de los comunistas.
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