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Baloncesto

El dinero fue el protagonista del acuerdo entre la Federación y los clubes

El dinero, poderoso caballero, fue el protagonista en el acuerdo que hubo entre la Federación Española y los clubes de Primera División en torno al tema de los extranjeros. En EL PAIS de ayer ya se decían las compensaciones económicas que los clubes recibirán por haber cambiado de opinión y aceptar un solo extranjero en lugar de dos hasta los Juegos Olímpicos de Los Angeles. La polémica y la discusión se tradujo en cordialidad y diplomacia, y, al menos aparentemente, todos quedaron tan contentos, excepto los presidentes del OAR y del Zaragoza, que fueron los únicos que mostraron su disconformidad.

Evidentemente, según la Federación, el motivo principal de no aceptar dos extranjeros por equipo es el de salvar el prestigio y la .entidad de la selección. Parece una inconsecuencia haber llevado tan lejos esta polémica y que, sin embargo, tan sólo se le concedan -con su consentimiento- días al seleccionador para que prepare al equipo español. Por un lado, se convence a los clubes de que beneficien a la selección, y, por otro, se accede a sus intereses, atendiendo las necesidades de su calendario.Otro tema que no se ha tenido en cuenta a la hora de tomar esta decisión, que según Raimundo Saporta fue unánime, ha sido el contar con un detallado informe del comité técnico. Este, lógicamente, debería pronunciarse sobre si es beneficiosa o contraproducente la inclusión de un nuevo extranjero. Al mismo tiempo habría que preguntar a los clubes, que tan fácilmente cambian de opinión por "un plato de lentejas", qué criterio han mantenido en sus reuniones para tomar una u otra decisión. ¿Pretenden una mejoría técnica, piensan sólo en los resultados, quieren ofrecer espectáculo o se trata simplemente de la taquilla?

Finalmente, y teniendo en cuenta que el baloncesto siempre ha estado en vanguardia en cuanto a iniciativa se refiere, y dado el grado de profesionalidad que ha alcanzado, se podría perfectamente estudiar la ,posibilidad de dar libertad a los clubes para que tuvieran en sus equipos uno o dos extranjeros. Más extranjeros, quizá sería demasiado.

Antes, la limitación parecía más lógica, porque unos podían tenerlos y otros no. Ahora la experiencia demuestra que, de una u otra manera, todos están en condiciones de hacer el desembolso. Cada uno podría hacer lo que quisiera y él mismo cargaría con su problema económico y con su idiosincrasia. De momento, sin ánimo de ofender, el que parece más congruente con su criterio y su forma de actuar es el La Salle, que no tiene extranjeros. En el baloncesto actual ya no tienen cabida ni los puritanismos ni los lloros económicos, cuando se gastan muchos dólares y muchos millones de pesetas en pagar, a los jugadores.

El choque que disputarán mañana, a partir de las 19,30 horas, en el Pabellón, Real Madrid y Estudiantes, se presenta sin ningún interés.

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