Protección Civil simuló un accidente entre un microbús escolar y un camión cisterna junto al túnel de Guadarrama
Cien personas, seis vehículos de bomberos, siete ambulancias, una unidad móvil de clasificación de la Cruz Roja, cuatro coches patrullas de la Guardia Civil de Tráfico así como otros cuatro vehículos del mismo cuerpo fueron movilizados ayer en el simulacro de un accidente producido al colisionar un microbús escolar con un camión cisterna cargado con cloruro de vinilo, gas altamente inflamable. El ejercicio, dirigido por la Dirección General de Protección Civil, tenía por objeto mejorar la coordinación entre aquellas fuerzas que actuarían en una situación real y subsanar aquellos fallos que podrían suponer una pérdida valiosa de tiempo
Para el desarrollo del ejercicio se tornó la antigua carretera de peaje situada a la salida del túnel de Guadarrama, en la actualidad, cerrada al tráfico. En este punto, según el plan, se tenía que actuar como si se tratara de la autopista de La Coruña.El simulacro se desarrolló casi como estaba previsto: sobre las 13,02 horas el conductor de un turismo frenaba su automóvil en la citada carretera al comprobar que un microbús ocupado por niños se había empotrado contra la parte trasera de un vehículo cisterna. Antes de abandonar el lugar para pedir auxilio alcanzó a ver que en el interior del transporte escolar había numerosos heridos y que del camión cisterna salía líquido.
Ante la magnitud del accidente, el conductor decidió avisar a las autoridades. Dos minutos más tarde, un vehículo de control de Iberpistas, sociedad concesionaria de la autopista, llegaba al lugar del accidente; sus ocupantes evaluaron la situación y avisaron al centro de control de la autopista, que a su vez, se encargó de dar el mensaje a Guardia Civil de Tráfico Bomberos, Cruz Roja y Gobierno Civil.
Como consecuencia de esta llamada de emergencia, dos motoristas y un coche patrulla de la Guardia Civil, de servicio en la zona, llegaron al lugar del siniestro y procedieron a cortar el tráfico, a poner las señales portátiles de precaución y a dirigir el acceso y salida de los vehículos que llegarían a continuación.
El primer vehículo de socorro que llegó a la zona fue una autobomba, enviada por Iberpistas que fue seguida de un nuevo coche patrulla de la Guardia Civil en el que iba un capitán del Subsector de Tráfico de Segovia, que se hizo cargo del mando de la operación.
A partir de ese momento, 13,12 horas, la llegada de ambulancias fue continua. Mientras se procedía al rescate de los heridos se comenzó a pulverizar con agua el camión cisterna. A los trabajadores de Iberpistas que realizaban este cometido se sumaron sobre las 13,16 horas los bomberos de la Diputación, a bordo de un coche autobomba, uno de hidrocarburos y una motobomba. La identificacion del gas, realizada gracias a la nunieración de la placa naranja situada en la cisterna, facilitó la labor de los bomberos.
El personal sanitario, por otra parte, fue reforzado sensiblemente al llegar al lugar del accidente una ambulancia especial con equipo de clasificación de heridos. Media hora después de descubierto el accidente, todos los heridos, cinco graves y diez leves, habían sido reconocidos e introducidos en ambulancias para su traslado a distintos hospitales.
A esa hora, 13,32 horas, los servicios de transmisiones de la Guardia Civil, tras consultar con los miembros del coche de atestados que habían estado recogiendo datos, informaban que en el accidente habían muerto tres personas y que había desaparecido el peligro de que el líquido derramado se inflamara al haber sido tratado convenientemente.
Subsanar errores
Al ejercicio realizado ayer asistieron el ministro del Interior, Juan Jose Rosón; el director general de la Guardia Civil, general Jesús Aramburu; los gobernadores civiles de Madrid y Segovia, el director general de Protección Civil y los jefes provinciales de ese departamento en Madrid y Segovia. En el desarrollo del mismo, a pesar de que, en general, se actuó de acuerdo a lo previsto, se detectaron algunos errores que se intentarán subsanar. Así, los espectadores de la prueba comprobaron que la evacuación de los heridos se comenzó excesivamente tarde; alguno de los heridos fue dejado en el borde de la carretera, con el consiguiente peligro ante el continuo paso de vehículos de auxilio; se perdieron algunos segundos al tener que abrir con una llave la puerta trasera de una ambulancia y se colocó a los heridos en la cuneta contraria a la que utilizó para aparcar el centro clasificador de la Cruz Roja, lo que exigió un nuevo movimiento de los lesionados.A estas deficiencias habría que sumar la tardanza que, en una situación real, se hubiera producido, ya que los vehículos habrían tenido que desplazarse hasta el lugar del accidente desde Segovia y Madrid, respectivamente. En el ejercicio de ayer estas unidades estaban previamente situadas a unos centenares de metros del lugar del hipotético siniestro.
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