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El cambio de Gobierno y las cotizaciones

"Mientras no cambie el Gobierno no cambiará la tendencia a la baja", era la frase más frecuente ayer en la Bolsa. Y debe ser cierto, porque esta semana ha comenzado bajo el mismo signo pesimista con que terminó la anterior. Los descensos han presidido las cuatro bolsas, especialmente las de Barcelona -con pérdida de 2,12 puntos- y Bilbao -con pérdida de 2,01-. Madrid ha cedido 1,64 enteros, y Valencia, 0,51.La tranquilidad con que el grupo bancario aceptaba unas cotizaciones a la baja sin hacer nada por impedirlo atizó el rumor de que la gran banca quería presionar al Gobierno vía cotizaciones. Una práctica muchas veces utilizada y, casi siempre, con buenos resultados.

El caso es que los bancos no ofrecieron tanto papel, pero sí este no fue abundante, menos lo fueron aún las órdenes de compra que afluían al parqué. Sin embargo, los expertos comentaban que los propios bancos jugaban a la baja con sus propias cotizaciones. No hay otra forma de interpretar las bajas de siete a nueve enteros de los siete grandes en la jornada de ayer en Madrid.

Lo mismo sucede con los valores tradicionalmente asistidos y que estos días se encuentran solos ante el peligro. Dragados, por ejemplo, ha perdido esta jornada cuatro puntos en Madrid, ante la mayor indiferencia de sus protectores habituales. Calvo Sotelo sabrá entender el valor de estas acciones.

Junto al corro bancario, en Madrid han recogido frutos poco gratificantes el químico, construcción y banca industrial. Las eléctricas, por el contrario - a pesar de la inesperada inclusión en el programa del PSOE de la nacionalización de la red primaria, en el caso de llegar al poder-, han sido uno de los sectores que mejor se han portado, especialmente sus valores más tradicionales, como Hidrola, Iberduero y Unión Eléctrica.

Junto a este panorama nada alagüeño, hay que reseñar la venta de ahorro institucional, que busca liquidez de cara a las operaciones -ampliaciones, etcétera- de fin de año.

En Barcelona la negociación se ha presentado fluida, a pesar de que algunas órdenes de venta no se han podido contrarrestar en algún valor. Solamente las eléctricas y los monopolios han podido superar la baja general. Al igual que en Madrid, la banca comercial ha registrado una afluencia masiva de papel, lo que ha originado que algunas entidades no hayan podido efectuar cambio.

La banca industrial, comercio y finanzas y alimentación se han mantenido equilibrados, aunque con cierta tendencia a la baja, producto de la influencia general. Textil, químicas, metal, construcción e inmobiliarias han sufrido una gran afluencia de papel. Servicios y varios han sido los más perjudicados por la oferta, cerrando con grandes retrocesos.

En Valencia se hizo patente el deseo de vender para comprar deuda pública, lo que motivó una negociación abundante, con descensos generalizados en banca y construcción, resaltando la pérdida de ocho puntos en Dragados. Las eléctricas registraron pequeños recortes, excepto una subida de un cuarto en Hidrola.

En Bilbao, la presión del papel se centró en la banca comercial, aunque fueron los valores eléctricos quienes protagonizaron la mayor actividad, consiguiendo unos resultados equilibrados. Siderurgia y química evolucionaron negativamente ante una oferta que no encontraba posibilidades para operar. Aunque el negocio fue superior al ordinario, los habituales dieron señales de desorientación ante una caída sin señales de finalizar.

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