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Marcha de la juventud francesa por la paz, contra la guerra y a favor del desarme

París también salió a la calle el domingo para manifestarse en favor del pacifismo. Pero el matiz prosoviético de la marcha de la juventud francesa por la paz, apoyada a fondo por el Partido Comunista francés (PCF), el consenso nacional en torno a la fuerza de disuasión, así como el hecho de que el partido del poder, el socialista, se abstuviera, influyeron en el éxito muy relativo de la manifestación. Contra las 100.000 personas que calcularon los comunistas, los observadores estimaron en unos 40.000 los participantes que se congregaron en la puerta del pantin, al norte de la capital.La manifestación parisiense fue organizada por el Movimiento de la Paz y apoyada por el PCF y por la central sindical de tendencia comunista, la CGT, a los que se unió algún movimiento izquierdista. Desde su fundación, en 1949, el Movimiento de la Paz francés se ha supuesto influido por los comunistas. Ello no ha impedido que muchas personalidades no comunistas, se hayan unido a sus acciones.

Desde hace varios días, el PCF y la CGT habían desplegado todas sus posibilidades propagandísticas en favor de esta manifestación, a pesar de que se pretenden independientes del Movimiento de la Paz y de que el Gobierno, en el que participan cuatro ministros comunistas, rechaza el pacifismo como medio para garantizar la paz. Oficialmente no es posible asimilar los comunistas al Movimiento. La manifestación del domingo, sin embargo, no ofrecía duda alguna sobre la militancia de la mayoría de los participantes.

Autocares llegados de diversas ciudades francesas, las banderas y pancartas de secciones del PCF, la propaganda comunista distribuida por militantes activos, ahogaron casi todo lo demás, a salvo de la gran pancarta que presidía el desfile pidiendo "Ni SS-20, ni Pershing". El secretario general del PCF, Georges Marchais, asistió al mítin final al lado de otros dirigentes del partido.

Cuando en la sala algunos oradores arremetieron contra el armamento, tanto soviético como americano, sus palabras fueron rechazadas por tempestades de silbidos y de protestas. Y cuando algunos manifestantes hicieron saber que sus intenciones no coincidían con las del PCF, fueron calificados de "pacifistas de mierda" por algunos comunistas.

El PCF, adoptando como suyo el tema de la paz, pretende volver a movilizar a sus militantes, tras el descalabro electoral del pasado mes de mayo, y, paralelamente, atraer a muchos ecologistas e izquierdistas decepcionados por la política nuclear del Gobierno, en el que colaboran actualmente, pero del que pueden desertar si un día se esfumara el estado de gracia, que aún asiste al mitterrandismo.

En el mismo momento en que se desarrollaba la manifestación parisiense, en el congreso que los socialistas celebraban en Valence, el primer ministro, Pierre Mauroy, advertía: "Comprendo las intenciones de los pacifistas, pero comprender no quiere decir aceptar". En el mismo congreso, un notable miembro de la delegación soviética, Vadim Zagladin, afirmó que la URSS está dispuesta incluso a retirar todos sus misiles SS-20 si llegase a un acuerdo con Occidente.

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