Carrillo vaticina un acercamiento de la izquierda a costa de la "gran derecha"

Santiago Carrillo cree que la previsible formación de una gran derecha entre UCD y AP provocará unos efectos contrarios a los pretendidos por sus promotores, Calvo Sotelo y Fraga, los empresarios y otros intereses, al acentuar la unidad de la izquierda, a la que se sumaría un sector progresista del partido del Gobierno, liderado por Adoldo Suárez y Fernández Ordóñez.

Según su argumentación, en 1979 nadie daba un duro por el pacto municipal de la izquierda, y, sin embargo, se consiguió sin dificultades, en cuanto UCD rompió unilateralmente la política de consenso después de las elecciones generales. Esta posibilidad se vería favorecida por unas bases socialistas auténticamente de izquierda.El secretario general del PCE expuso esta tesis en el curso de una conferencia de Prensa celebrada ayer en Oviedo, ciudad a la que acudió para encabezar una manifestación contra el ingreso de España en la OTAN, organizada por su partido.

El dirigente comunista intuye en el nombramiento de Carlos Robles Piquer, «un mixto», dijo, de «AP y UCD», el primer paso en serio hacia la gran derecha, proyecto acariciado, en su opinión, por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y los empresarios, quienes, advirtió, pueden llevarse un gran chasco en las próximas elecciones generales, a la vista del descalabro sufrido por el partido del Gobierno en Galicia y del giro a la izquierda que se experimenta en Europa.

El secretariado actuará en el tema vasco

«Cuando Calvo Sotelo le dijo a Fraga», añadió, «que estuviera por ahí para cuando le necesitara, lo decía de corazón. Aquella frase fue considerada como una respuesta despectiva hacia el líder aliancista, pero yo la interpreté al pie de la letra».Si el país se dividiera, como consecuencia de esta operación, en dos bloques, Carrillo confía en que Fernández Ordóñez y Adolfo Suárez se apartarían de la gran derecha para aliarse con el bloque progresista, y descarta que ello reproduzca una situación similar a la que precedió a la guerra civil, «porque nadie quiere hoy un enfrentamiento violento. Lo que sí se tratará de evitar es que la derecha aumente su dominio de forma avasalladora, contraponiéndole la unidad de los sectores progresistas».

Al ser preguntado por el conflicto surgido en el comunismo vasco, Carrillo anunció que mañana, lunes, el secretario del PCE encomendará, con toda seguridad, a los comunistas que acepten las resoluciones del pleno extraordinario, que deberá replantear el proceso de fusión del Partido Comunista de Euskadi (EPK) con el partido nacionalista EIA.

«Nosotros», afirmó, «no nos oponemos a la integración de las dos organizaciones, aunque perdamos al Partido Comunista de Euskadi. Nos conformamos con que entre ese nuevo partido y el PCE exista una relación privilegiada, pero previamente exigimos, porque así lo pide la mayoría de la militancia comunista vasca, que ese partido resultante acepte la Constitución, el Estatuto de Guernica y el eurocomunismo, que condene explícitamente el terrorismo y que defina una estrategia clara de política internacional».

"Somos la UCD de la izquierda"

Como trastienda de este conflicto están, en su opinión, las dificultades de crecimiento que encuentra el PC en Euskadi, debido al fuerte movimiento nacionalista para tratar de ocupar más aprisa un importante espacio político.El máximo dirigente comunista calificó de «excesos» tanto la calma en que discurrió el 29º congreso federal del PSOE, como los constantes conflictos del PCE. «No es bueno, lo uno ni lo otro. El congreso del PSOE ha sido tan excesivamente tranquilo que no favorece su imagen. El PCE no debe tener miedo al futuro. La situación actual, estoy seguro, contribuirá a un desarrollo mayor del partido, pero somos "la UCD de la izquierda", es decir, una jaula de grillos».

Carrillo criticó el excesivo apoyo que, en su opinión, está dando el PSOE a un Gobierno que día a día endurece su política derechista.