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La dirección de la Casa de la Moneda no excluye la posibilidad de que lleguen a registrarse nuevos fraudes

Los sistemas de seguridad de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre no impiden que se puedan introducir cospeles (láminas de metal preparadas para su acuñación) o sacar monedas troqueladas sobre ellos en los bolsillos de los operarios de la fábrica, según manifestaron ayer en conferencia de Prensa los directivos del centro. El ingeniero jefe de la Sección de Moneda, José Emilio Morando, afirmó que no existen en el mercado detectores de metales con sensibilidad suficiente para localizar pequeñas cantidades de monedas. Como mínimo, se requieren veinte de cinco pesetas, cinco de veinticinco o cinco de cincuenta. Por otra parte, un registro personal de cada uno de los trabajadores de la correspondiente sección a la entrada y salida de la fábrica requeriría varias horas.

La dirección de la Casa de la Moneda ha solicitado ya varias veces mayores efectivos de la Guardia Civil, pero siempre se les ha respondido que de momento no era posible una nueva asignación de personal. Por lo demás, los controles contables existentes hasta hace poco sobre los cospeles que entran en la sección de moneda y sobre el número y calidad de las piezas no pueden garantizar que no se cometan fraudes. Estos controles registraban tan sólo los golpes de acuñación, pero estos golpes pueden darse en falso, sin cospel.

Las máquinas apenas cometen errores

El margen de error en la calidad de las monedas, según el ingeniero jefe, es actualmente de un 0,18 por mil para monedas defectuosas y de un 0,13 por mil para la posibilidad de que salgan cospeles sin acuñación.Sobre el detector de metales existente, desconectado hace ocho años porque "no detectaba francamente nada", los directivos de la fábrica han señalado que se busca aún un sistema adecuado. Los que hay en el mercado no son sensibles a las monedas sueltas.

El director de la Casa de la Moneda, Perfecto Albert, afirmó a su vez, en relación con la falsificación de billetes, que pueden darse dos de ellos que presenten la misma numeración (porque uno pudo sustituir a otro por defecto y pasar al mercado involuntariamente), pero no es posible que esta irregularidad afecte a más de dos.

Por otra parte, los directivos de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre desconocen el volumen del fraude de los tres detenidos la semana actual, uno de ellos acuñador de la casa. El propio director manifestó a los informadores que no ha habido silencio oficial respecto del fraude, cuando éste comenzó a manifestarse, sino que, por el contrario, se comenzó a actuar facilitando informaciones a la policía, que seguía el caso. La primera información oficial fue facilitada hace unos días por el Ministerio del Interior.

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En la misma conferencia de Prensa en que informaron los directivos de la Casa de la Moneda, el presidente del comité de empresa de la misma, Delfín Sánchez, manifestó su preocupación por las medidas de seguridad que podrían tomarse en el centro a raíz del fraude. En la actualidad se encuentran asignados al centro de Madrid cuarenta y dos guardias civiles y otros siete al de Burgos. El presidente del comité lamentó que con el cambio de los métodos de trabajo y la reducción de personal que se registró en 1973 se facilitó la comisión de irregularidades.

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