Se crea una comisión permanente en la dirección del PSOE

El 29º Congreso elegirá hoy una nueva dirección, en la que estarán todos los miembros de la ejecutiva saliente que no han renunciado a continuar, así como algunas nuevas incorporaciones, entre ellas la del sindicalista Manuel Chaves. Junto con la creación de una comisión permanente en el seno de la ejecutiva, que con centrará el poder político de la misma, destacan algunos datas significativos, tales como la intervención personal de Felipe González en la confección de la candidatura, la actuación de UGT en favor de algunas personas y el mantenimiento de la influencia del aparato en términos parecidos a la actual, o incluso ligeramente menor.

La creación de una comisión permanente en el seno de la dirección se considera segura, y de ella formarán parte, salvo imprevistos, Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia, José María Maravall, Ciriaco de Vicente y Guillermo Galeote, con tensiones de última hora para incluir a Javier Solana y Enrique Múgica, que esta madrugada parecían resueltas en favor de ambos.La comisión permanente concentrará el poder político en el partido, mientras que las funciones ejecutivas concretas serán desempeñadas por otras personas sin acceso al citado órgano. Tal como se esperaba, la nueva dirección del PSOE no será presentada como un Gobierno en la sombra, y Felipe González reiteró ayer a los jefes de delegación que quienes formen parte de la misma probablemente no irán a un futuro Gobierno socialista, en caso de que el PSOE acceda al poder.

No obstante, Luis Solana, diputado por Segovia, planteó esta madrugada en el pleno una enmienda para restablecer la estructura anterior de la ejecutiva, afirmando que las reformas que se pretenden van a concentrar excesivamente el poder político en el partido. Fue muy aplaudido por una parte de los delegados. Puesta la enmienda a votación, fue derrotada por el 22% de votos a favor, el 66% en contra y el 20% de abstenciones.

La nueva ejecutiva

Aunque existe la posibilidad de algún cambio, la candidatura más probable a la comisión ejecutiva del partido es la siguiente:Presidente, Ramón Rubial; secretario general, Felipe González; vicesecretario general, Alfonso Guerra.

Seis responsables de área, que serían: organización, Carmen García Bloise; estudios y programas, Joaquín Almunia; cultura y formación, José María Maravall; administración y finanzas, Emilio Alonso; acción social, Ciriaco de Vicente; imagen, Guillermo Galeote.

Dieciséis secretarios, entre los cuales figuran Javier Solana, Enrique Múgica, María Izquierdo, Luis Fajardo, Francisco López Real, Txiki Benegas, Joan Lerma, Javier Sáez Cosculluela, Manuel Chaves, Salvador González, Pedro Bofill, Carmen Mestre y José Angel Villa.

Una de las principales batallas políticas de la jornada estuvo centrada en los nombres de Enrique Múgica y Javier Solana, que final mente quedarán en la ejecutiva y en la comisión permanente, si bien perderán las secretarías que desempeñaban hasta ahora. Para la coordinación de las relacione internacionales se mantiene la duda entre Luis Yáñez y Elena Flores mientras que la representación catalana debe decidirse entre José María Obiols, Joan Prat y Salvador Clotas. Carmen García Bloise, muy combatida por algunos sectores, fue sostenida, sin embargo, por otros, entre los que se menciona a algunos dirigentes de UGT.

Otra batalla política de cierta importancia, por la proyección de su imagen pública, se refería a la inclusión o no en la ejecutiva federal de Rafael Escuredo, presidente de la Junta de Andalucía. La organización andaluza del partido se opuso a ello, pero parece que Escuredo llegó a plantear la posibilidad de presentar su nombre en solitario, al margen de la lista oficial lo que habría creado un conflicto importante con el probable candidato a la presidencia de la Junta andaluza en las próximas elecciones. La cuestión no estaba definitivamente decidida esta madrugada

Cierto equilibrio

Caso de que este esquema se mantuviera finalmente, con las correcciones de última hora que puedan hacerse, el análisis de los resultados del congreso reflejaría un cierto equilibrio de fuerzas entre el aparato, en manos de Alfonso Guerra y varios dirigentes regionales, y otros sectores de la corriente mayoritaria. Los primeros mantienen sus posiciones, pero no parece que consigan incrementarlas, y la dura resistencia ofrecida por Carmen García Bloise a su defenestración en el área de organización parece un índice de ese tema.Por otra parte, anoche se discutía la posibilidad de presentar más nombres de candidatos que cargos a cubrir. Los defensores de este sistema alegaban la necesidad de que el congreso se responsabilice de efectuar una verdadera elección de los dirigentes, borrando así la imagen ofrecida en la famosa votación del 99,6% a favor de la gestión de Felipe González. En los pasillos del congreso era patente el descontento o la preocupación de algunos delegados por la excesiva unanimidad y falta de debates importantes en este congreso, aunque otros creían que la opinión pública probablemente prefiera un partido en calma que los conflictos que agitan a UCD y al PCE.

Suavizadas las tesis de Solchaga

Las sesiones plenarias del congreso permanecieron suspendidas la mayor parte del día. Mientras las comisiones de política socioeconómica y estatutos sufrían notables retrasos sobre el horario previsto, Felipe González se dedicaba a las negociaciones para formar la ejecutiva, y Alfonso Guerra, al seguimiento de la crisis planteada por el relevo en la Dirección General de RTVE.Al cierre de esta edición se había reanudado el pleno, anunciándose que los trabajos se prolongarían a lo largo de toda la noche para recuperar el tiempo perdido. Cabe destacar que, en la ponencia socioeconómica, las tesis del economista Carlos Solchaga fueron suavizadas, y algunas eliminadas por completo, debido a la dura posición de los economistas de la Federación Madrileña y de otros delegados de UGT. El plan de Solchaga se fundamentaba en un programa de moderación salarial voluntaria y pactada, haciendo que los trabajadores asumieran los costes financieros de las empresas durante la etapa de salida de la crisis, pero fue considerado excesivamente duro como oferta programática a la sociedad de un partido socialista.