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Consecuencias de las elecciones gallegas

Probable remodelación del Gobierno en noviembre tras el debate parlamentario sobre la OTAN

La derrota electoral de UCD en Galicia ha provocado una nueva crisis en el seno del partido centrista, que tendrá consecuencias en la remodelación del Gobierno que el presidente Calvo Sotelo podría iniciar después del debate de la OTAN en el Parlamento. En la madrugada y la tarde de ayer, los primeros dirigentes del partido y el Ejecutivo se arrojaron unos a otros la responsabilidad del fracaso electoral en sendas reuniones que se celebraron en el palacio de la Moncloa y en Arlabán, sede del aparato de UCD.

Los designios de Leopoldo Calvo Sotelo de marcar su propia impronta en el partido y de regenerar las filas del Gobierno quedan en todo caso aplazados, hasta que concluya el debate OTAN en el Parlamento, porque, mientras tanto, no podría llevarse a efecto una de las medidas acordadas, el relevo del actual portavoz del Grupo Parlamentario Centrista, Miguel Herreron de Miñón, que cedería su puesto al actual ministro de Cultura, Iñigo Cavero.A estos movimientos debe añadirse la nueva ofensiva para lograr la destitución del director de RTVE, Fernando Castedo, a quien se quiere sustituir nada menos que por Carlos Robles Piquer, actual secretario de Estado para Asuntos Exteriores, del que se quiere deshacer José Pedro Pérez-Llorca.

En la reunión celebrada en la Moncloa estaban José Pedro Pérez,-Llorca, Pío Cabanillas, Matías Rodríguez Inciarte y Juan José Rosón. También acudieron el presidente del Congreso de los Diputados, Landelino Lavilla, y el presidente de honor de UCD, Adolfo Suárez. Cuando los resultados iniciaron la cuesta arriba del déficit de votos al centro, Pío Cabanillas lanzó una diatriba contra el aparato, personificado en su secretario general, Rafael Calvo Ortega.

Entonces Adolfo Suárez rechazó esa interpretación y expuso su convencimiento de que, por el contrario, las mayores responsabilidades se concentraban precisamente en el atacante Pío Cabanillas. En efecto, Pío diseñó antes del verano la estrategia electoral para la campaña y se comprometió a pasear incansablemente a Leopoldo Calvo Sotelo por toda la región durante las vacaciones. A él se atribuye el fracaso de la candidatura de Suárez Núñez como presidente de la UCD gallega, al desviarse el voto de Franqueira, del que Pío Cabanillas era fiador natural. La escena dialéctica entre Pío Cabanillas y Adolfo ha sido descrita en términos de fuerte tensión por alguno de los presentes, en conversación con EL PAIS.

Otra reunión de análisis tuvo lugar en la Moncloa en la mañana de ayer. El reflejo en Arlabán fue la convocatoria de los responsables a primera hora de la tarde, junto a Agustín Rodríguez Sahagún y Rafael Calvo Ortega. Las conclusiones del aparato señalan la increíble actitud de tres destacados diputados centristas, los ex ministros Otero Novas y Ricardo de la Cierva y la de José Luis Meilán.

También apuntan como factor destacado de la derrota la actitud de la CEOE volcada en su apoyo aliancista y claramente despegada de UCD frente a la que exhibe su desacuerdo con la política del Gobierno.

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El Gobierno no tiene opinión

Algunos diputados de UCD de tendencia socialdemócrata o considerados próximos al anterior presidente Adolfo Suárez, fueron vistos también en Arlabán en la tarde de ayer. Fernando Abril, Luis Gámir y Rafael Arias-Salgado cambiaron impresiones con Agustín Rodríguez Sahagún antes de que éste saliera hacia el palacio de la Moncloa, donde estaba citado con Calvo Sotelo a las 19.30 horas.

En la entrevista se analizaron los resultados electoralels en Galicia, en las que UCD ha perdido el primer puesto en beneficio de Alianza Popular. Algunos medios atribuyeron ayer a fuentes solventes la afirmación de que «el Gobierno no tiene opinión formal sobre el resultado de las elecciones gallegas y el referéndum andaluz», pero se encuentra insatisfecho. Fuentes gubernamentales han subrayado también el fracaso de la extrema izquierda y de los grupos nacionalistas radicales y han valorado el éxito personal de Manuel Fraga.

La pretensión de Rodolfo Martín Villa de alzarse con la secretaría general del partido UCD con el respaldo de la Moncloa ha tomado ya estado público. Entre quienes se oponen a esta solución se insiste en la escasa autoridad para imponerla precisamente cuando los dos colaboradores más cercanos a Martín Villa en el Gobierno, Jesús Sancho Rof y Juan José Rosón, responsables de Pontevedra y Lugo, han perdido respecto a 1981 el 45% y el 40% de los sufragios en cada una de esas circunscripciones provinciales.

A Fraga se le reconoce el acierto de haber personalizado la campaña, y a UCD se le reprocha por el ala progresista la falta de diferenciación de su oferta con AP, y por el ala más conservadora y plataformista, ambigüedad para robarle espacio al PSOE.

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